Lilia Lemoine ha hecho de la mentira su arma preferida en la política y como en época de bonanza nadie le marcó nada, sigue haciendo abuso de ella aunque cada vez tenga menos efectos.

Después de afirmar que “el kirchnerismo” llevó una cámara a la entrevista de Jonatan Viale a Javier Milei -un disparate insostenible- para poder mostrar la intervención de Santiago Caputo, ahora intentó desviar la atención hacia el Grupo Clarín.

Si bien en LN+ nadie se lo objetó parece poco creíble que el diálogo de Viale con Santiago Caputo -que según Lemoine presentó la renuncia- haya sido una estrategia planeada para perjudicar al Gobierno.