Como los perros que muerden y no sueltan, Lilia Lemoine sigue prendida en su pelea con Victoria Villarruel, a quien califica como una traidora con juego propio.

En la volteada cayó también Lourdes Arrieta, como una pieza de recambio en el tablero de su ataque a la Vicepresidenta.

Aunque Aquino y Galia Moldavsky trataban de ponerle humor al momento, se notó el rictus de la cara de Lemoine cuando hablaba de su rival preferida.