Con gran parte de la elección de este año resuelta -o al menos eso creen- el PRO ya se juega la interna a cielo abierto por las candidaturas del 2023. De un lado Mauricio Macri, creador del partido de la derecha, y su intento de tener un 'segundo tiempo'. Del otro, Horacio Rodríguez Larreta que pujar por ser la renovación de la conducción.

Y sí, a eso hay que sumar a Patricia Bullrich que no para de coquetear con Javier Milei, aunque por ahora con más incertidumbre sobre dónde jugará.

En el mientras tanto, Horacio Rodríguez Larreta actúa como un pacman que lentamente le come fichas a Macri. Ahora se fagocitó a nada menos que su antiguo jefe de Gabinete: Marcos Peña.

Según confirmó LPO, el exfuncionario que se dedicó a trabajar con empresarios de países limítrofes, estará en la campaña de María Eugenia Vidal. 

Así las cosas, Macri pierde a uno de sus alfiles de la gestión fallida. La situación tiene un peso simbólico pero, ¿es relevante para el armado del 2023?

Parece poco probable que el ingeniero se baje de su sueño de volver a sentarse en el sillón de Rivadavia para seguir con su plan de ajuste neoliberal.

Será importante lo que suceda en torno a las encuestas y la memoria de los electores. Ya que una cosa es volver a votar al PRO con una cara nueva -las mismas ideas pero al menos otro nombre - y otra muy distinta es volver a poner en el urna al hombre que arruinó al país a millones de familias.

Lo cierto es que el poder del ex Presidente no solo se mide en votos. El empresario que dinero en paraísos fiscales es parte de una de las familias más poderosas del país y hoy, entre sus espadas, cuenta con el medio La Nación, el más influyente en la oligarquía nacional. 

Quedan dos años para definir las candidaturas, parece mucho tiempo, pero las fichas se mueven desde ahora.