La brutal represión que lanzó el Gobierno contra los jubilados y quienes se juntaron para protestar con ellos se reflejó en los videos que se viralizaron en las redes sociales.

El disparo en la cabeza del fotógrafo Pablo Grillo, los golpes y palazos contra gente mayor que los enfrentaba, detenciones arbitrarias -incluso precintaron a dos menores, de 12 y 14 años, que salían de la escuela- y violencia generalizada es lo que se vio en las imágenes.

Para atenuar el impacto negativo de la protesta -que terminó en un cacerolazo nocturno- salieron varios conductores a justificar lo realizado, pero pocos como Antonio Laje.