La CGT pasó de una marcha con amenazas de paro a una foto de sonrisas cómplices
El gobierno, vía Jorge Triaca, recibió a la cúpula de la central obrera. Lejos de las amenazas de paro; los sindicalistas hablan de una relación "cordial", se refieren al "blanqueo laboral" y ya negocian reformas para reinstalar las pasantías: la noventista forma de precarización.
"[La relación] es buena y cordial. Estamos realmente intentando gestar una agenda común para ver si avanzamos en algunos temas que pueden ser preocupantes para ambas partes. Este camino va bien, se va trazando", dijo el titular de UPCN, Andrés "Centauro" Rodríguez, sobre la relación que la central obrera mantiene con el Gobierno.
Sobre el encuentro del lunes, el sindicalista explicó en declaraciones a radio La Red que el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, habló de la posibilidad de implementar un blanqueo laboral, aunque negó que eso pueda incluir una posible flexibilización en las condiciones de empleo.
Asimismo, aclaró que "no hay una reforma laboral, hay temas que podemos congeniar en una agenda común, y que estamos avanzando. Por ahora, en lo que hemos colocado en la mesa es este tema del blanqueo laboral, la formación profesional de los trabajadores, la agencia de tecnología médica".
Con las medidas de fuerza descartadas por completo, la reunión contó con los triunviros Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, los "independientes" Andrés Rodríguez y José Luis Lingeri (gremialistas con historial oficialista) y el metalúrgico Francisco Gutiérrez.
No hubo representación formal del sector que lidera Hugo Moyano, que hasta hace un mes propiciaba con más énfasis la conflictividad, como sintetizó el periodista Mariano Martín este lunes en el diario Ámbito Financiero.
Según informó el cronista especializado en temas gremiales, la charla buscó despejar de la opinión pública la posibilidad por parte del Gobierno de promover una reforma laboral al estilo de Brasil. Pero dos tópicos puntuales mostraron lo contrario: un proyecto de ley para propender al blanqueo de trabajadores informales, sin costo alguno para sus empleadores, y el relanzamiento de un sistema de pasantías bajo la nueva denominación de "prácticas formativas".
Sobre el blanqueo ya existía un principio de acuerdo para la elaboración de una iniciativa parlamentaria que el Gobierno podrá agilizar con un guiño de la CGT, clave para su tratamiento en los bloques de oposición. Incluirá, junto con la condonación de multas y sanciones para empresarios informales, un aporte del Estado para cubrir ese faltante proporcional a una cantidad limitada de años y en función de un salario similar al mínimo, vital y móvil.