Varios detenidos pasaron más de 6 horas adentro de un carro de asalto de la policía, no le permitieron ser revisados por personal médico ni podían ir al baño lo que constituye sin dudas el delito de apremios ilegales y hasta tortura.

El dirigente responsabilizó directamente a los responsables del operativo y habló hasta de obediencia debida por parte de las fuerzas de seguridad.

Claramente hubo una cacería en lo que debió ser una marcha en reclamo de los derechos de los más vulnerables.