Hasta los intelectuales del macrismo cuestionan la detención de Milagro Sala
Alejandro Katz criticó el encarcelamiento de la líder de la Tupac Amaru. "Me preocupa que esté operando una posición de clase, una reivindicación del poder de las élites", expresó. El editorialista de La Nación, Morales Solá, también pidió su liberación.
Este domingo, el editor y ensayista Alejandro Katz, que participó de la reunión de intelectuales con el presidente Mauricio Macri, criticó en duros términos la detención de la líder de la Tupac Amaru, Milagro Sala.
Entre otras cosas, advirtió que podría "estar operando una posición de clase, una reivindicación del poder de las élites". "Me parece un error grave, un error muy grave", dijo al ser consultado en el Buenos Aires Herald sobre la detención de la dirigente social.
"Hay información que no tengo para decidir qué tipo de error se cometió – si es por ignorancia, por arrogancia, por necesidad –, pero un error se cometió. Creo que debe haber muy buenas razones para correr jurídicamente a Milagro Sala, pero lo que se hizo no obedeció a ninguna de las buenas razones", se explayó.
"Me preocupa que esté operando una posición de clase, una reivindicación del poder de las élites sobre los sectores subordinados jujeños", advirtió, y agregó: "Creo que si algo de esto estuviera presente, sería muy grave. Y creo que la sospecha es posible por el tipo de decisiones tomadas. Si se hubiera actuado con el mayor rigor jurídico, la sospecha hablaría de una suspicacia del enunciador y no sería una ventana de posibilidad".
Por su parte, el columnista estrella del diario La Nación, Joaquín Morales Solá, se sumó hoy a quienes cuestionan la detención de Milagro Sala y pidió su libertad.
En un artículo publicado en el matutino, cuestionó a la dirigente pero consideró que "no es admisible que haya sido puesta presa primero y que luego se le hayan abierto varias causas".
Además, remarcó que quienes gobiernan Jujuy y el país "están perdiendo la oportunidad de hacer bien las cosas".
"Está en prisión hace 20 días. El proceso de un juicio justo debió ser al revés: primero debieron investigarla, luego acopiar pruebas, después llamarla a ejercer el derecho a su defensa y al final, si cabía, detenerla.", argumentó Solá.