El dirigente social Juan Grabois desmintió que tenga intenciones de ser candidato a algún cargo electoral en 2019 y desmintió así una nota publicada en el diario Clarín. En una carta en Facebook, el referente interpretó que el matutino busca instalar "que todas las luchas del pueblo por sus derechos tienen por detrás un interés individual".

"No sé con qué intenciones, aparece una nota en Clarín planteando una supuesta candidatura mía como diputado en 2019. Tal vez sea para instalar, en un momento de movilización social, que todas las luchas del pueblo por sus derechos tienen por detrás un interés individual, un cálculo partidario o un esquema de poder", afirmó Grabois.

La desmentida completa de Juan Grabois: 

No sé con qué intenciones, aparece una nota en Clarín planteando una supuesta candidatura mía como diputado en 2019. Tal vez sea para instalar, en un momento de movilización social, que todas las luchas del pueblo por sus derechos tienen por detrás un interés individual, un cálculo partidario o un esquema de poder. Quiero aclarar que no tengo ninguna intención de cambiar la trinchera que elegí junto a los movimientos populares que luchan por tierra, techo y trabajo. 


Respeto a los que tomaron otro camino y apuestan a la política electoral. Estoy seguro que mucho puede hacerse desde ahí, sobre todo los jóvenes y los que vienen de abajo, si asumen apasionadamente la defensa de los que sufren las injusticias sociales. Pero no es mi opción ni es la única opción.


Mientras escribía esta aclaratoria me vino un recuerdo. Cuando empezaba a militar salió un libro: “Cómo cambiar el mundo sin tomar el poder”. Nunca me gustó. Me parecía una concesión a la idea del “fin de la historia”. El poder, el estado, el capitalismo, el imperialismo, la explotación siguen existiendo bajo nuevas formas en el siglo XXI. Negarlos es negar la necesidad de alumbrar una nueva sociedad. La Patria Grande demostró que todavía hay mucha historia por escribir. Pero hay un riesgo más grave que esta negación: querer “tomar el poder sin cambiar el mundo”. Es el principio del burocratismo, la rosca y las distintas formas de tecnocracia. Para mí, no hay fuerza más revolucionaria que el pueblo pobre organizado. Sin él, nada es posible; con él, nada es imposible.