G-20: el pedido de Guzmán al FMI que contiene a todos los países emergentes
El ministro de Economía solicitó ante su pares del G20 que el Fondo Monetario Internacional (FMI) revise y modifique los recargos que aplica en los créditos a los países, para defender a los países con economías en desarrollo.
También solicitó que el organismo extienda los Derechos Especiales de Giro (DEG) para respaldar la reactivación de las economías de los países con ingresos medios o bajos en el marco de la pandemia de coronavirus.
Acompañado por el titular del Banco Central, Miguel Pesce, Guzmán participó este viernes en la primera reunión virtual de ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales, bajo la presidencia italiana del G-20.
En ese marco, el ministro advirtió que la política de recargos que aplica el FMI "es desigual, porque afecta de manera desproporcionada a los países emergentes y de ingresos medios con las cuotas más bajas, y es procíclica, porque impone condiciones más duras a los países que tienen condiciones de mercado más adversas".
"Esta política será revisada este año, y consideramos que, para salvaguardar la estabilidad financiera global, es muy importante que trabajemos juntos para revisar y cambiar esta política, de manera que tengamos un sistema más equitativo y que no sea procíclico", añadió Guzmán.
En la reunión, los ministros de Finanzas y presidentes de Banco Centrales del G20 "se comprometieron a ampliar la coordinación internacional para abordar los desafíos globales actuales mediante la adopción de un enfoque multilateral más sólido y centrado en un conjunto de prioridades básicas", según destaca un comunicado publicado esta tarde por el foro multilateral.
En particular, para afrontar el desafío de los países con un alta carga de la deuda, las naciones miembro del G20 acordaron "pedir a las instituciones financieras internacionales que exploren herramientas para satisfacer las necesidades globales de financiación y reservas a largo plazo".
También se instruyó al FMI para tomar acciones con el objetivo de "formular una propuesta para una asignación general de DEG" y de "continuar con la iniciativa de suspensión de la deuda para países más pobres" mientras dure la pandemia, entre otras iniciativas, en línea con la postura del Gobierno argentino.
Guzmán manifestó que "la Argentina apoya plenamente una nueva asignación general de Derechos Especiales de Giro, que proporcionará fondos para las economías de ingresos bajos y medios que se necesitan con urgencia".
El ministro agregó que "el momento en que más se necesitan (esas asignaciones) es ahora, por lo que debemos actuar con rapidez".
En otro tramo de su exposición, Guzmán señaló que "la forma virtual en que estamos celebrando esta reunión nos recuerda que la pandemia todavía nos acompaña y que atravesamos desafíos sin precedentes para la formulación de políticas".
Por este motivo, el ministro aseguró: "Si no construimos las condiciones necesarias a nivel global, la recuperación será sin duda asimétrica*".
De esta manera, el ministro resaltó que "las proyecciones sugieren que si no hacemos nada para cambiar las asimetrías existentes a nivel global, la recuperación será más lenta para las economías emergentes, en desarrollo, y de bajos ingresos que para las economías avanzadas".
Guzmán recordó que, "tal como dijo el presidente Alberto Fernández en la Cumbre del G20, en la pandemia los países que están siendo olvidados son los de ingresos medios".
"El desafío es construir condiciones que aseguren que podamos tener una recuperación sostenible, equitativa y duradera", subrayó Guzmán.
Respecto del recargo en cuanto a costo de los préstamos excepcionales -como el que solicitó la Argentina en 2018 y el organismo avaló-, el FMI impone dichos recargos "por dos motivos: bajar el riesgo crediticio, es decir el riesgo de que estos créditos no se devuelvan, y acumular saldos precautorios en sus balances", explicó a Télam una fuente de la comitiva oficial.
El problema, agregó la fuente "es que esto hace que sea cada vez más difícil para los países devolver los créditos".
Según explicaron, la política de sobretasas del FMI "descansa exageradamente en la idea de que los mercados de capitales funcionan correctamente, permitiendo que los países obtengan eventualmente el financiamiento para repagar".
"Como esto no suele ocurrir, en la práctica se termina castigando a los países con programas grandes y largos, los cuales muchas veces fracasan no porque los países no cumplan, sino por fallas de diseño", añadieron.
En los últimos años la tasa de interés sin recargo ha fluctuado entre 1,05% y 2,2% que. En caso de que exista un recargo por haber pedido una línea de crédito excepcional, la tasa de interés aumenta en 3 puntos, más del doble que la tasa original.
El pedido argentino tiene que ver con la experiencia local pero también con el momento que atraviesa la economía internacional a raíz de la pandemia y la clara desigualdad de crecimiento en favor de los países más desarrollados.
"Con la pandemia por la COVID-19 los países necesitaron más que nunca de la ayuda del FMI. 83 países han recibido asistencia financiera por un monto de 102.397,61 millones de dólares, por lo que se torna necesario revisar estas condiciones, porque fundamentalmente se trata de una política muy desigual, que afecta a loa países más necesitados", resumió la fuente a Télam.