En una operación sospechosa violentaron la casa al referente de ATE en el Ministerio de Educación
La casa de Rodrigo Recalde, delegado general de ATE en Educación, fue asaltada en la tarde del jueves y en circunstancias muy sospechosas. A una semana de las amenazas a delegados del gremio que sufrió 3.000 despidos en la cartera que maneja Esteban Bullrich, ahora fue el turno del referente gremial, al que le entraron mientras mantenía una reunión con funcionarios del Gobierno.
Los ataques a líderes sociales, periodistas independientes y referentes de Derechos Humanos son cada vez más frecuentes en la Argentina de Cambiemos. Ahora fue el turno del delegado general de ATE.
Justamente, a una semana de reiteradas amenazas a delegados de la Asociación de Trabajadores del Estado y después de sufrir 3.000 despidos en el Ministerio de Educación, Rodrigo Recalde encontró su vivienda "patas para arriba".
Las fotos de la casa muestran el estado en que quedó después de que una o más personas ingresaran por la ventana que da a la calle y dieran vuelta el lugar, para solo llevarse un televisor y la computadora con la que Recalde trabajaba.
Todo esto sucedió increíblemente mientras el delegado general participaba de una demorada reunión con las autoridades del Ministerio por los despidos en su cartera. Al mismo tiempo, un auto blanco no identificado se estacionó frente a la casa del secretario general de ATE en Capital, Daniel Catalano, sumando sospechas al hecho.
Según denunciaron, dentro del automóvil había un hombre que tomaba fotos de la fachada de la casa, en una imagen que rememora directamente a las épocas de la Dictadura Militar, pero en plena Democracia.
Esto sucede apenas un mes y medio después del sugestivo asalto a ese mismo domicilio en el barrio de Parque Avellaneda, en el que sólo faltaron pertenencias simbólicas de sus hijos y la computadora personal del dirigente. A pesar de la denuncia penal, no hubo ningún avance en la investigación ni existió contacto de parte de las autoridades del Gobierno.
Desde ATE denuncian el accionar de grupos mafiosos que actúan bajo la orden o el amparo de un gobierno que avanza sobre los derechos de los trabajadores.