Si algo queda claro es que ni Milei ni sus asesores leyeron el perfil que Jon Lee Anderson escribió en The New Yorker. O tal vez lo leyeron pero claramente no lo entendieron.

Caso contrario no se llega a dimensionar por qué el mandatario publicó un tuit mostrando la tapa de la revista y comentando como “fenómeno barrial” cuando en el artículo lo defenestran.

Algunos como los periodistas de LN+ trataron de bajarle el precio al impacto que podría tener el artículo, desacreditando al autor, pero no lo consiguieron.

Ahora en Duro tradujeron algunas partes y las leyeron al aire para ver si Javier Milei termina de entender que no sólo no hablan bien de él sino que también se burlan de su bizarro entorno.