No fue un cacerolazo muy extendido pero abarcó algunas esquinas de la Ciudad donde vecinos se acercaron a manifestar su bronca por el aumento de los precios y las medidas que quiere tomar Javier Milei por decreto.

Pero lejos de tolerarlo como parte del juego democrático, el Gobierno utiliza todas sus armas, entre ellas -en connivencia con el gobierno de la Ciudad- hacer que los agentes les pidan documentos a los que se están expresando en libertad.