En 2018 la exportación de soja le dejará 1039 millones de dólares menos al Estado
Desde enero, el porcentaje de retenciones se irá reduciendo 0,5 puntos mensuales, hasta terminar el año con una cuota total de 24 por ciento. Las industrias exportadoras y las mineras continúan generando importantes ganancias con los beneficios fiscales.
Al obtener la presidencia, Mauricio Macri eliminó de inmediato el pago de retenciones a los derechos de exportación para las ventas de trigo, maíz, girasol, carne, productos de las economías regionales y redujo de 35 a 30 por ciento el impuesto a la soja. De movida, transfirió recursos que administraba el Estado para generar una mejor distribución de la riqueza, directamente a las cuentas de las multinacionales que controlan el sector agroexportador, multiplicados además gracias al salto cambiario.
A pesar de que había anunciado que el gravamen continuaría disminuyendo hasta cero, durante 2017 las complicaciones para generar divisas hizo que suspendiera la retracción por doce meses. Pero a partir de enero, la reducción en las alícuotas se dará a un ritmo de 0,5 puntos mensuales, hasta finalizar el 2018 con un porcentaje de retenciones de 24%.
Página 12 reprodujo un informe elaborado por los técnicos de la Bolsa de Cereales de Rosario (BCR) en el cual se estima que la transferencia de ingresos a los sojeros será cercana al 1 por ciento de los ingresos fiscales totales.
En 2015, las retenciones sobre sobre la soja estaban en un 35 por ciento, mientras que el Gobierno actual pretende que esa cifra alcance el 18 por ciento en 2019, a pesar de haber prometido un 15% en la campaña.
El beneficio fue claro: en 2016 el campo pagó 67.180 millones de pesos en retenciones, pero si no se hubieran bajado las retenciones hubiesen afrontado 115.195 millones de pesos, según cifras del CEPA.
El análisis del BCR sobre las consecuencias de esta baja impositiva desconocen que habrá una parte de ese monto que quedará entre el negocio de la dolarización y la fuga. Lo que si prevé por obvias cuestiones es la posibilidad de que los dueños de la cosecha continúen guardando una gran parte del producto, en pos de presionar por otro salto cambiario.
Mientras el Ministerio de Agroindustria registra la retención de 20 millones de toneladas de soja -no son pocas las fuentes que aseguran que podría ser aún más- los productores apuestan a conseguir el máximo beneficio impositivo y presionar por un tipo de cambio más elevado, tal y como lo hicieron antes de las primarias en el mes de agosto, cuando la cotización del dólar escaló hasta los 18 pesos.