El plan del PRO para debilitar a Milei y la interna feroz que sufre el macrismo en la Ciudad
La preocupación por los votos que JxC pueda perder con la ultraderecha se da en el medio de una disputa a todo o nada por ver quién sucede a Rodríguez Larreta como candidato porteño.
Una cosa es clara: el crecimiento de los libertarios se da a costa de una fuerte sangría de la derecha, es decir del armado de Juntos por el Cambio.
En ese contexto, el desafío de todas las fuerza de JxC es cómo hacer para pujar por cargos dentro de la alianza, pero sin mostrar una ruptura ante una electorado que podría volcarse a Javier Milei. Y como no puede ser de otra manera, a la disputa entre los partidos del frente de centro derecha hay que sumar las propias disputas internas. Es el caso del PRO, donde se sacan los ojos por ver quién será el sucesor de Horario Rodríguez Larreta en la Ciudad.
El que se suma al ruedo ahora es el ministro de gobierno Jorge Macri. Tras fracasar en su intento de ser el 'Macri de la Provincia', el primo de Mauricio buscaría ser el próximo candidato a Jefe de Gobierno porteño.
Para ello necesita levantar más el perfil ya que disputa directamente con el ministro de Educación Fernán Quirós, quizás un Santilli y no olvidar a María Eugenia Vidal.
Hasta acá el juego de las internas sin cuartel suena entretenido, pero la gran pregunta para la derecha es qué hacer con los libertarios.
En ese sentido, cuenta el periodista Mauro Federico, que uno de los planes para romper el juego de Milei sería separar las elecciones porteñas de las nacionales. De este modo, el candidato porteño de Libertad Avanza no tendría la tracción de la candidatura presidencial de 'Peluca'.
Lo más cercano a un candidato libertario es el ignoto diputado criptofinancista Ramiro Marra. Sin la boleta de Milei parece difícil que logre una cosecha de votos suficiente como para disputar la jefatura de Gobierno.
A la vez, si los libertarios pierden en la Ciudad quedarían debilitados para las nacionales. El voto útil hace lo suyo a la hora de decidir. Y un perdedor no parece ser la opción para la urna.