El Gobierno presiona a la CGT con el dinero de las obras sociales
En medio del anuncio de la marcha del 7 de marzo, el ministro de Trabajo Jorge Triaca avisa que desde ahora tendrá la última palabra en la distribución de fondos que el Estado le da a los gremios por la prestación de servicios de salud.
Se muestran los dientes. Mientras la CGT busca liderar la agenda opositora con apenas una marcha que ni siquiera es convocada como paro general, el Gobierno levanta la apuesta y les recuerda a los popes sindicales que son los dueños de la caja que deriva fondos a las obras sociales que son clave para la sustentabilidad de la prestación de servicios de salud que realizan los gremios a sus representados.
El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, les advirtió a los dirigentes que desde ahora tendrá la última palabra en la distribución de fondos por encima de su par de Salud, Jorge Lemus, y del superintendente Luis Scervino, responsable central de esa tarea y hombre de confianza para la central obrera, contó este jueves el periodista Mariano Martín en Ámbito financiero.
En la cronología, la advertencia ya se había producido la semana pasada, cuando Triaca se reunión con el dirigente de los trabajadores de Obras Sanitarias, José Luis Lingeri, principal lobbista de las obras sociales en la CGT, y con el triunviro Héctor Daer. Es que el Gobierno ya viene
El encuentro, previo al viaje del funcionario a Roma para entrevistarse con el papa Francisco, había sido pedido por los gremialistas frente a los atrasos en algunos desembolsos de fondos para tratamientos por discapacidad y que encendieron las alarmas en el sector, informa la misma nota.
"El mensaje que Triaca expuso, con más sutileza, durante el encuentro con Daer y Lingeri, fue que más allá de los envíos automáticos de fondos (a través de varias líneas de subsidios que operan en la Superintendencia) habrá en lo sucesivo más puntillosidad para algunos recursos que revisten mayor discrecionalidad como el Sistema Único de Reintegros (SUR) y los pagos previstos por el acuerdo global de liquidación del Fondo Solidario de Redistribución (FSR), que hasta el año pasado había superado los 30 mil millones de pesos y que Macri resolvió entregar por varios mecanismos en cumplimiento de una promesa de campaña a la CGT", señala el periodista.
De hecho, en la Asamblea que dio inicio a las sesiones extraordinarias, Mauricio Macri destacó el otorgamiento de estos fondos a las obras sociales como parte de los logros del gobierno. Sin embargo, ahora que los sindicalistas finalmente se decidieron tensar un poco la cuerda para poner freno al ajuste y los despidos, el anuncio de que se vigilará de cerca la entrega de estos fondos, suena a una clara advertencia de lo que podría pasar si la CGT rompe relaciones con el gobierno.