Lo de los diputados macristas Daiana Fernández Molero y Alejandro Bongiovanni es realmente impresentable.

No sólo porque en lugar de estar pensando en el bienestar de las personas se preocupan por el etiquetado frontal de los alimentos sino que además en su argumentación queda claro lo necesario que es ese etiquetado y que ni siquiera se tomaron el trabajo de ver cómo se lleva adelante en otros países.

De hecho la ley de etiquetado frontal es una ley casi calcada a la chilena donde funciona a la perfección. Pero al parecer a Bongiovanni le molesta mucho comerse un chocolate con un octógono negro porque se siente que el estado lo está tomando como “un niño medio idiota” y el Estado a veces tiene razón

Lo de Daiana Fernández Molero es aún peor porque reconoce que el queso light tiene más octógonos que el normal, lo que no hace más que confirmar la necesidad de que se siga etiquetando.

Otro de los argumentos que ellos consideran de peso es que el etiquetado hace que nuestros productos sean más difíciles de exportar. Cosa que al parecer no le afecta a Arcor que no solo exporta más que hace unos años sino que además ya es el exportador más grande de la región.

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