Como parte de las obras del Metrobus, unos 70 fresnos, jacarandás, plátanos y eucaliptos, que acompañaban la traza de la avenida Paseo Colón en el Bajo porteño, fueron talados por el Gobierno de la Ciudad. 

Esto generó el repudio de grupos barriales que consideraron que las extracciones no eran necesarias y advirtieron sobre el perjuicio ambiental que traerá la pérdida de los árboles.

La extensión del corredor exclusivo para colectivos comenzó en octubre del año pasado y está en plena ejecución en el tramo comprendido entre las avenidas Independencia y Brasil, frente al Parque Lezama, donde los vecinos aseguraron que en las últimas semanas fueron retirados los ejemplares, algunos de los cuales eran añosos y otros fueron plantados recientemente.

Por ello, organizaron para el miércoles una protesta, desde las 18, en la esquina de Paseo Colón y San Juan, con la consigna #Sinárbolesnohayvida, para rechazar "la tala masiva" de la línea de arbolado público y denunciar al Gobierno porteño por "atentar contra el bienestar de los ciudadanos con esta masacre que están haciendo", según señalaron en la convocatoria.


En rigor, la segunda etapa del Metrobus del Bajo tendrá una extensión de casi dos kilómetros y llegará a los barrios de San Telmo y La Boca, con 16 nuevos paradores distribuidos en cuatro paradas para las 19 líneas de colectivos que los utilizarán, de acuerdo a la información oficial difundida por la administración porteña.

Para lograr la ampliación de la cantidad de carriles, se demolieron tiempo atrás dos edificios emblemáticos de la zona situados en la intersección con Brasil: uno donde funcionó la Escuela Taller del Casco Histórico y el restante conocido como "Marconetti", construido en 1929.

Y en 2022 avanzó sobre los ejemplares del arbolado urbano, tal como lo anticipó en un informe de prensa del año pasado, donde si bien indicaba que se preveía la incorporación de 105 nuevos árboles a los 380 actuales de la traza, advertía que unos 68 se verían afectados o extraídos.

Organizaciones en pie de lucha

María Angélica Di Giácomo, de la organización "Basta de Mutilar Nuestros Árboles", sostuvo que "nos dejaron sin la protección de los árboles y sin los beneficios para la salud". Y advirtió: "Queremos que esto se visualice porque judicialmente no podemos presentar ningún recurso de amparo porque las extracciones de árboles son legales cuando son para una obra pública, como es este caso".

"Lo más grave de todo esto es que para la prolongación del Metrobus no era necesaria ni la demolición de la Escuela Taller ni del edificio Marconetti, como tampoco era necesario talar los árboles porque el ancho de la calle no lo requiere y así está demostrado con una comparación que se hizo con el Metrobus de la avenida Cabildo, en Belgrano, donde no se taló nada", detalló.

El diálogo con Télam la mujer alertó que "perdimos suelo absorbente y follaje frondoso" y remarcó que "los espacios verdes no solo tienen funciones recreativas, sino también ambientales como la disminución de la temperatura, pero eso no fue tenido en cuenta por el Gobierno de la Ciudad".

Por su parte Jorge, de Casco histórico Protege, registró cada uno de los ejemplares que fueron talados en la segunda etapa de obras del Metrobus y contabilizó, hasta este martes, más de 70 árboles, entre fresnos, plátanos, jacarandás, tipas, eucaliptus, palos borrachos y ficus.

Y concluyó: "Primero les cortaron las ramas y después avanzaron con la tala hasta dejar la corteza al ras del piso. Es muy triste porque eran árboles con troncos de unos 80 centímetros de diámetro".