Tanto funcionarios de la provincia de Buenos Aires como el cura que organizó la visita a los genocidas presos y hasta el diputado Beltrán Benedit aseguraron que Patricia Bullrich había dado el visto bueno a la visita de los legisladores libertarios a la cárcel de Ezeiza.

Patricia Bullrich negó haber tenido participación alguna en la organización de la visita, negó la reunión confirmada por Lourdes Arrieta y hasta aseguró que, a pesar de no ser un delito, ella hubiera aconsejado a los legisladores que no hicieran la visita.

Según la ministra ella nunca estuvo enterada hasta que el escándalo estalló en los medios, no propició ni facilitó el encuentro y se enteró por los medios de lo que había pasado en la cárcel de Ezeiza. Pero con tanta negación la ministra no se dio cuenta de que si no se enteró antes es porque no estaba haciendo bien su trabajo ya que las cárceles están dentro de su jurisdicción.

En definitiva, si sabía es un escándalo y si no sabía es una vergüenza.