Arribas, Majdalani y otros 36 funcionarios fueron procesados por espionaje ilegal
El amigo íntimo de Mauricio Macri, Gustavo Arribas, su segunda Silvia Majdalani y toda la cúpula de la Agencia Federal de Inteligencia del macrismo fueron procesados por la Justicia.
El juez federal de Lomas de Zamora, Juan Pablo Auge, procesó a los exjefes de la Agencia Federal de Inteligencia Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, por maniobras de espionaje ilegal contra políticos, gremialistas, dirigentes sociales y periodistas, como también sobre personas detenidas en el penal de Ezeiza durante el gobierno de Mauricio Macri.
El magistrado procesó también a otras 36 personas imputadas por las maniobras de inteligencia entre los que se encuentran el extitular del Servicio Penitenciario Federal durante el gobierno de Cambiemos, Emiliano Blanco, y exagentes de la AFI.
Además del procesamiento, el magistrado trabó embargos sobre sus bienes hasta cubrir la suma de ocho millones de pesos.
La decisión de Auge se produjo luego de que la Cámara Federal porteña le devolviera el expediente hasta tanto se trate un recurso extraordinario presentado por el abogado Carlos Beraldi, en representación de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Para el juez, hay elementos suficientes para procesar a Arribas y Majdalani como responsables “de dar las órdenes de practicar acciones de inteligencia ilegal” a 42 personas entre las que están la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, el sindicalista Hugo Moyano y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
"Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, en su calidad de máximas autoridades de la Agencia Federal de Inteligencia, fueron los jefes de la organización y los responsables de conformar una estructura dentro de la agencia, dedicada a practicar acciones de inteligencia ilegal sobre las víctimas", habían dicho los fiscales.
En aquel mismo dictamen de más de 1.000 páginas, los fiscales habían indicado que correspondía dictarle la falta de mérito al secretario privado de Macri, Darío Nieto, tras considerar que no se habían encontrado elementos suficientes para reclamar que se lo procesara y el juez lo concedió, aunque se investiga si Nieto fungió como canal alternativo para que el producto del espionaje ilegal aterrizara en manos del expresidente.