Argentino contó cómo vive en la ciudad bloqueada por el coronavirus
"Es como estar en una película de ciencia ficción", dijo el hombre que vive en Wuhan, la ciudad foco de la infección.
Encerrado en su casa junto a su familia desde el miércoles 22 de enero, Javier Pérez -uno de los 12 argentinos que se encuentra en la localidad china de Wuhan- aseguró a Télam que desde que comenzó el brote de de Coronovirus que ya mató a más de cien personas en esa ciudad de más de 11 millones de habitantes se vive "como en una película de ciencia ficción".
"Perdoná si escuchas alboroto, es que son casi las 22 acá y los chicos están un poco alterados, sobre todo la mayor", se disculpó desde el otro lado del teléfono Javier Pérez (44 años), un argentino que reside en Wuhan desde hace tres años y en China desde 2006.
Pérez remarcó que "lo importante es que estamos bien, aunque es difícil estar encerrado. Ya llevamos una semana y no sabemos cuántos días más estaremos así. Nos sentimos en una película de ciencia ficción".
Desde el miércoles a la noche, Javier Pérez, su esposa Joy Chen, su hija de 4 años y su hijo de 8 meses no salen más que a la vereda del barrio privado donde viven, que está en una zona céntrica de la extensa capital de la provincia Hubei, en China central.
"En el barrio hay una 90 casas donde viven casi todos extranjeros, quedaron sólo diez habitadas. Eso nos permite caminar un poco por la vereda y las calles internas del barrio, igual lo hacemos con barbijos y nos lavamos bien las manos y usamos alcohol en gel cuando entramos", describió.
Wuhan es el epicentro de la enfermedad: el miércoles a la noche el Gobierno dispuso que nadie pueda entrar ni salir de la ciudad y todos los accesos están controlados por las fuerzas de seguridad.
Luego salió una disposición que indicó que sólo se puede circular con barbijo y hace dos días prohibieron circular con vehículos particulares.
Un día antes de esta prohibición, Joy Chen fue al supermercado para abastecerse y resaltó que tuvo que ir "con barbijo y antiparras, porque también puede ingresar por los ojos". Cuando llegó a la casa, se cambió antes de entrar y fue directo a bañarse.
"Fuimos sacando los productos sin bajar las bolsas con guantes y limpiamos todo con alcohol en gel. Lo cuento y me parece exagerado pero la verdad es que no se sabe mucho aún del virus entonces uno extrema las medidas", recordó Javier.
Ahora, indicó que en su familia sólo pueden hacer pedidos al supermercado y éste lleva la mercadería con delivery, cuyos vehículos son, junto a los camiones de abastecimiento, los únicos que tienen permiso para circular por la ciudad.
"El problema es si alguno llega a tener fiebre. El domingo el bebé tuvo febrícula y entramos en pánico, por suerte lo vio un médico que vive en el barrio y era sólo porque estaba cortando los dientes", acotó.
Javier explicó que si alguien de la familia presentara fiebre, resfrío, tos o dificultad respiratoria debe dirigirse a un hospital aunque, dijo, "están abarrotados de gente y el miedo es ir por una falsa alarma y enfermarse ahí, pero igual sabemos que si presentamos algunos de esos síntomas debemos ir".
Para descomprimir los centros de salud existentes, el Gobierno chino mandó a construir hospitales exprés y en seis días lograron habilitar 1.500 nuevas camas.
"Los primeros rumores del virus llegaron en Navidad. Habíamos ido con unos amigos a Singapur y hablábamos de eso. Ya cuando volvimos el tema empezó a cobrar relevancia y todo se desató en pleno Año Nuevo Chino, que es como si fuera allá para la semana de las fiestas", describió.
El hombre, que trabaja en una importante empresa automotriz de origen alemán, contó que "los primeros días no sabíamos qué hacer, pero tampoco es posible irse de Wuhan tan fácil; aún si consiguiéramos a través del consulado el permiso de salir nos harían hacer cuarentena en el lugar de destino, por lo que preferimos quedarnos en nuestra casa, estar tranquilos y esperar".
"Muchos se fueron antes del bloqueo, otros vecinos intentaron 'escapar' y volvieron escoltados por la policía porque todos los accesos están custodiados", detalló.
En la empresa donde Javier trabaja, de 800 empleados, se confirmó que una joven tiene el virus y señaló que "por suerte está muy bien aunque debe seguir en el hospital".
Ayer el Gobierno chino extendió el feriado por el año nuevo hasta el 3 de febrero para evitar que la gente circule y Pérez señaló que ante ello "en la empresa dijeron que no se volverá a trabajar al menos hasta el 10".
Según las últimas cifras de la la Comisión Nacional de Sanidad de China, la conocida como neumonía de Wuhan dejó 106 muertos y un total de 4.515 casos confirmados en el país.