Probablemente Luis Majul cree que asusta a alguien con su advertencia de que estará “muy atento” a los que la quieren “pudrir” porque quieren que “al país le vaya mal”.

Por si queda algún tipo de dudas, el hombre que encuentra información tras los árboles cuando sale a trotar por Palermo recordó la olvidable tarde donde supuestamente se arrojaron 14 toneladas de piedras en la Plaza de los Dos Congresos contra la reforma jubilatoria.

Lo más grave es que cada vez que hacen referencia a 14 toneladas queda claro que nadie las pesó sino que esa es la capacidad de dos volquetes de escombros que “casualmente” el gobierno porteño autorizó que estuvieran en las inmediaciones del Congreso.

Tal vez Luis Majul deba entender en algún momento que vivimos en democracia, que mucha gente, incluso legisladores, pueden estar en desacuerdo con un proyecto de ley por considerar que no será beneficioso para la población. Y que justamente ese es el trabajo del Congreso. Pero por ahora solo le alcanza para amenazar.