"Juntos por el cambio" puso Mauricio Macri como epígrafe de la foto que subió en las redes sociales acompañado de Miguel Ángel Pichetto. La imagen fue tomada esta tarde, en la Quinta de Olvidos, donde el Presidente y el (ahora) extitular de la bancada del PJ en el Senado se juntaron a conversar luego del anuncio de que compartirán fórmula.

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Si bien no fue aclarado, la expresión 'Juntos por el cambio' refiere al nuevo nombre que tendrá la alianza Cambiemos, ahora que suman a Pichetto. Hasta ahora ningún sector del peronismo acompañó al senador por Río Negro, pero la expectativa del oficialismo es seducir a algunos gobernadores. Y si no es para las elecciones -dicen-, al menos que sea para después de diciembre, cuando la gobernabilidad se vuelve un escollo. Eso siempre y cuando ganen, claro está.

Es que justamente, la gran pregunta es qué sentirá el votante cambiemita que viene acompañando elección tras elección a Mauricio Macri como una alternativa al peronismo. ¿Se tragarán el sapo? Años del discurso de la pesada herencia, de que todos los problemas se deben a los útlimos setenta años de peronismo, de que el país era peronia y todas esas expresiones hartoconocidas. 

Sin lugar a dudas, el equipo de big data y focus group de Casa Rosada ya debe haber indagado cuántos votos puede perder Macri por peronizar su espacio. Pero una cosa son los estudios de laboratorio y otra es lo que pase en el cuarto oscuro. 

A fin de cuentas, el 51% de la sociedad que votó a Mauricio Macri para que el Frente para la Victoria no siga en el poder, tendrá que reconocer que las tres principales opciones electorales están compuestas de dirigentes que pasaron por el kirchnerismo. Menos mal que no volvían más...

Con Alberto Fernández, exjefe de Gabinete y armador original del Fpv, como el elegido por Cristina Kirchner para ser candidato; con Roberto Lavagna, exministro de Economía de Duahlde y Néstor Kirchner, como la alternativa peronista; y, con un Macri peronizado con Pichetto; lo cierto es que el votante antiperonista está condenado a no encontrar gratificación posible.

Alguno podrá decir que el antiperonista hoy se volvío principalmente anti-k. En efecto, el Durán Barba, los medios y el PRO, hicieron mucho para que el kirchnerismo condensara todo el rencor del sector de la sociedad que siempre vio con malos ojos los gobiernos de corte popular/populista. Sin embargo, ¿acaso Pichetto, que fue durante los doce años de gobierno K el jefe de bloque, o Lavagna, que fue el responsable de ajustar la economía del país a la salida de la crisis, dan menos K que Alberto Fernández?

La gárara cambiemita ha podido tolerar a peronistas en algunos cargos, ha soportado estoicamente la crisis económica, ha logrado contener la carraspera de la evidente corrupción M... ¿Pero podrán tragarse a Pichetto?