El primero en elogiarlo fue el propio Mauricio Macri, cuando el ministro de Transporte se bajó de la carrera presidencial y rechazó postularse como candidato a gobernador bonaerense por el FpV. Allá por junio, habló de la "dignidad" de Florencio Randazzo.

Tras las elecciones del 25 de octubre, el ministro del Interior y Transporte de la Nación y Ernesto Sanz –factótum radical de la alianza Cambiemos– se saludaban en un evento de la Bodega Fournier, en Mendoza.

En la provincia cuyana, Randazzo y el senador radical terminaron cruzándose en un abrazo para la foto que no cayó muy bien en el kirchnerismo, teniendo en cuenta que arrancaba la campaña por el balotaje.

Ahora es el jefe de Gobierno porteño electo, Horacio Rodríguez Larreta, quien manifestó que el macrismo está dispuesto a convocar a dirigentes de otras fuerzas políticas para las gestiones porteña, bonaerense y nacional.

En ese marco dijo que "vamos a armar equipos combinando experiencia con gente nueva", y mencionó a Randazzo, quien "ha hecho buenas cosas con el tema de los documentos y el transporte", precisó Rodríguez Larreta, añadiendo que "es bueno rescatar" lo que se ha hecho bien, según su criterio, y a quien lo hizo.

Desde los meramente administrativo, no resulta raro que el macrismo pretende tentar a funcionarios y exfuncionarios de la actual gestión, teniendo en cuenta que el Pro debe cubrir cargos nacionales y provinciales cuando sus equipos formados escasean.

De ahí que acepten, es otro cantar. De hecho, tras los primeros elogios, Randazzo decía que "no voy a ocupar ningún cargo" en un futuro gobierno, aunque entonces se refería indistintamente a que el ganador del balotaje fuese Macri o Daniel Scioli.