Y los pibes remontaban barriletes
Los dos primeros discos que mis viejos me regalaron fueron un grandes éxitos de ABBA, y uno a beneficio de UNICEF en el que estaban Elton John, Bee Gees, Rod Stewart entre otros grades de la época. Corría el año 1979 creo recordar. En casa había un combinado pero no recuerdo otra persona que no fuera yo quién lo usara. Para el pedido de esos discos caí en la trampa de la publicidad. Se promocionaban en tv que, en aquellos años, era casi la única forma de enterarse de la música para un chico de 11 años. Los escuchaba sin parar una y otra vez catando algo parecido a la fonética de lo que decían las canciones. Mientras escribo creo recordar el porqué del disco de ABBA; traía un hit, o sea hit para la época y hoy es un clásico, que era “Chiquitita” y que venía en español. En aquel tiempo todos los temas de los discos, incluso los de los artistas extranjeros de habla sajona venían traducidos al español… bah, esos los que significaban por ejemplo “Dame, Dame, Dame” que era “Gimme, Gimme, Gimme”; si la traducción de la canción podía llegar a significar algo movilizador del pensamiento; directamente se rebautizaba el nombre del tema y chau… de esto por supuesto me enteré más tarde con el cobijo de la democracia.
Entrando ya en la preadolescencia; el viejo ATC, ponía la aire a las 20hs un programa, borrosamente se me hace que semanal, los días jueves, que se llamó “Música prohibida para mayores”; donde se suponía se pasaban vídeoclips. Pongo se suponía porque solo pasaban “The Game” del disco que llevaba el mismo nombre y que era de Queen; “Cosita loca llamada amor”, también de Queen, y el final a toda orquesta con “Fui hecho para amarte” de Kiss. En el medio iban publicidades. Coincidió con los albores de la FM solo con Del Plata y un programa que se llamaba “Submarino Amarillo” y después la explosión de Rock & Pop ya metidos en el año 1984.
Recuerdo sí, lo que se hablaba de Queen y de Kiss. De hecho, y en eso siempre nos mantuvimos más o menos siempre iguales, se armó una antinómia similar a la que hoy encontramos entre “Beliebers” y “Directioners”. Pero los clichés han cambiado. Mientras Queen y Kiss no debían seducir a ningún pública adulto, pues ellos ya lo eran; hoy nos encontramos con una estratagema de los los artistas del público menudo que, al crecer, a todos nos toca, deben comenzar a seducir a un público de más edad y acompañar el crecimiento de los que los vienen escuchando desde tiernas edades. Y lamentablemente, es donde se desencadena una parte de la historia border y peligrosa que hoy se ven en esos artistas.
Miley Cyrus, divina por donde se la mire, eso es verdad, cruza a velocidades desmesuradas una transformación desde Hanna Montana hasta ahora montada en un pene gigante en su último tour. Selena Gomez, exjoya de Disney, tiene 23 años y ya cuenta con varias internaciones para tratar adicciones. Ariana Grande, para mí la más talentosa de su generación, como lo es Lali Espósito entre nosotros, tiene 22 años pero en el escenario se encarga de parecer una chica de 16 o 17 donde las cosas pueden confundirse. Por último Justin Bieber que, luego de un silencio de 3 años para la industria, no así para el carrousel de las redes sociales donde durante un tiempo colgaba un tema diferente todos los viernes en sus plataformas digitales, se dedicó a fuerza de escándalos a escribir su nombre donde las cosas solo pueden salir mal para un pibe con poco recorrido, el alcohol, las drogas, la noche desorbitada y las fiestas sin control.
Todos fuimos jóvenes y a todos nos atrajo el llamado de las hormonas; pero en este caso no hay que confundir naturaleza con talento musical. Desconate si querés; pero no me vendas el disco con eso. Ni Brian May ni Paul Stanley lo hicieron.
Ojalá tengamos todos una buena semana.