La Argentina vive un drama camino a una tragedia de proporciones catastróficas. Como una manga de langostas depredadoras, un seleccionado de excéntricos, ignorantes y miembros conspicuos de la casta, actúan como instrumentos de un plan diseñado por el poder económico escrito en los estudios jurídicos y contables contratados por las empresas más poderosas del país. Así esos dos mamotretos, el DNU que está vigente, y el proyecto de ley “ómnibus”, rechazado en un rapto de lucidez de sectores mayoritarios de diputados, son pastiches escritos por una multiplicidad de manos donde los artículos pueden llevar los nombres de quienes serán sus beneficiarios. Un Congreso prepoteado y genuflexo, con fuertes sospechas de legisladores de bolsillos amplios y disponibles, estuvo a punto de darle a un presidente con desequilibrios visibles, poderes legislativos que dejaban al país con bandera de remate. Ahí se habían perpetrado todas las irregularidades formales y de fondo sin que los republicanos de cartón se indignaran.

Javier Milei intenta concretar rápidamente como el empleado servil que fue toda su vida, los cuatro pasos que él comparte entusiastamente con sus mandantes: devaluación (ya concretada del 118%); desregulación (la viene llevando a cabo con el DNU); apertura indiscriminada de la economía, y privatizaciones. Si es factible, concretado esos cuatro pasos, la lápida sobre los escombros significará destinar los fondos de las privatizaciones para concretar la dolarización.

Javier Milei llegó a la presidencia aprovechando, posiblemente en forma prematura, el fracaso de las dos coaliciones integradas por los partidos históricos, el desprestigio de la política y los políticos y los efectos individuales demoledores que la pandemia esparció sobre la sociedad y en especial con los jóvenes. Sobre ese escenario, las dos consignas principales del libertariano: la casta en el primer caso y ¡viva la libertad carajo!, en el segundo, son méritos a reconocer al Presidente. Su meteórica carrera en apenas dos años, sin estructura política y sin cuadros, merecerán en el futuro una catarata de ensayos e interpretaciones, tan voluminosos como su presumible estrepitoso fracaso. 

A Milei se le reconoce un pretendido saber económico de una escuela marginal que la reduce a un discurso escuálido, que no supera con generosidad las cuatro páginas en tamaño A4, con caracteres grandes. En lo demás exhibe una ignorancia manifiesta repitiendo propuestas extravagantes de libertarios norteamericanos y axiomas de la escuelas Austríaca y de Chicago.

Absolutamente convencido de ser un elegido de Dios, de hablar con el que denomina el Número 1, o con su perro Conan que lo guía desde el más allá, está dispuesto a dar vuelta a la Argentina encontrando el futuro en el lejano fin del siglo XIX. Los caminos que propone son exóticos al punto de sostener: “En 15 años Argentina podría estar alcanzando niveles de vida similares a los que tiene Italia o Francia. Si me dan 20 (seríamos) Alemania. Y si me dan 35 a EEUU". No se anda con chiquitas: propone gobernar tres décadas y un lustro hasta la longeva edad de 88 años. Contemporáneamente hasta el general Juan Carlos Onganía que derrocó a Illia y encabezó el golpe auto titulado pomposamente Revolución Argentina se proponía gobernar 20 años, aunque la realidad llamada Cordobazo lo descabalgó de sus deseos.

Milei es generoso con los tiempos que se asigna e inclemente para el desierto que promete atravesar: en apenas quince años los sobrevivientes podrán ver los éxitos de su gestión. Como suele usar cifras superlativamente abultadas como que la inflación de diciembre estimó imaginativamente en 45%, el llegar sólo a 25 lo consideró un éxito tan notable que auspició llevar en andas al endeudador serial Luis Caputo. Es llamativo que los 15 años que promete para observar algunos éxitos no los compare como una gran victoria en relación a su ídolo Moisés que deambuló por el desierto cuarenta años.

En Suiza les dijo a los empresarios: “No se entreguen a una clase política que lo único que quiere es perpetuarse en el poder.”

En Davos, ante un escenario mundial, fue capaz de exhibir una ignorancia supina y un manejo insólito de números sin fuentes, en el mejor de los casos, y delirantes en otros.                                                                                               

Dijo: “Si consideramos la historia del progreso económico podemos ver cómo desde el año 0 hasta el año 1800 aproximadamente, el PBI per cápita del mundo prácticamente se mantuvo constante durante todo el período de referencia.”

Esto es como si dijera en su versión del relato bíblico: María, embarazada de Jesús, y su esposo José debían trasladarse de Nazaret a Belén por un censo que realizaba el imperio romano y para evitar las penurias del viaje en mula, tomaron un avión de Aerolíneas Romanas que lo depositó en el moderno aeropuerto de esta ciudad y fueron trasladados en un automóvil Tesla sin chofer, hacia un alojamiento pintoresco como un establo, donde en medio de un ambiente acogedor con aire acondicionado, María inició el trabajo de parto. Allí un médico de la salud publica romana le aplicó una inyección de pedidural. El nacimiento de Jesús fue comunicado por las redes sociales y José envió un Twitter a sus familiares.  

Su exaltación del libre mercado desciende al ridículo: “So pretexto de un supuesto fallo de mercado se introducen regulaciones que lo único que generan son distorsiones en el sistema de precios, que impiden el cálculo económico, y en consecuencia el ahorro y la inversión. Este problema radica esencialmente en que ni siquiera los economistas supuestamente liberales comprenden qué es el mercado, ya que si se comprendiera se vería rápidamente que es imposible que exista algo así como fallos del mercado.”

¡¡Al fin algo perfecto en el mundo!!

Pero como la contradicción forma parte de su esencia o de su ignorancia, Milei enaltece a los monopolios, precisamente los que atentan contra la libre competencia: “Regular los monopolios, destruirles las ganancias, destrozar los rendimientos crecientes, automáticamente destruiría el crecimiento económico”

Por eso, si se es coherente, si la hecatombe más tarde o más temprano es el resultado de sus políticas, no se puede desear que al gobierno le vaya bien porque de ser así, dicen los pretendidos bienintencionados, les irá bien a los argentinos. Si el conductor de un ómnibus se dirige hacia el precipicio, es hipócrita sostener que cuando caiga al vacío, eso será en beneficio de todos los pasajeros.  

Es muy difícil mantener la cordura en un neuropsiquiátrico presidido por un libertariano.          

LOS ACTORES Y LOS LIBRETISTAS

Los actores son de un amateurismo desbordante tratando de satisfacer los caprichos e intemperancias de un presidente de desbordes emocionales. Guillermo Francos, a cargo del Ministerio del Interior, el de mayor experiencia y de una dignidad invisible, es desmentido diariamente por su jefe. Al Jefe de Gabinete Nicolás Posse no se le conoce ni su voz ni su presencia. La Ministra de Capital Humano Sandra Pettovello une desconocimiento con sadismo y esperaba atender individualmente a los que tienen hambre, para ausentarse el día siguiente dejando miles de personas al sol con sus documentos en la mano como había pedido el día anterior. Dos días después, en otra exhibición de su bondad desbordante cerró una Dirección de Asistencia Directa por Situaciones Especiales a su cargo para ayuda de urgencias para enfermos graves que padecen cánceres avanzados. Su inoperancia o su crueldad la ha llevado a suspender la entrega de alimentos a los comedores. Santiago Caputo, mano derecha de Milei, quedó bajo la supervisión de la poderosa hermana Karina Milei, que de tarotista y vendedora de tortas caseras, además de comunicar a su hermano con su perro muerto, es la poderosa Secretaria de la Presidencia. Un cierto aire de familia la emparenta cincuenta años después con José López Rega. La Canciller Diana Mondino está designada para cumplir el rol contrario a su cargo: incrementar las hostilidades con los principales socios comerciales. El Ministro de Economía alienta las crueldades del ajuste y expresa junto con el vocero presidencial el orgasmo que le produce el sufrimiento ajeno. El vocero Miguel Adorni libra diariamente una carrera en donde empatan su soberbia y su brutalidad.

En síntesis: Un seleccionado de ex funcionarios del Macrismo, empleados de Eurnekian, sin ninguna experiencia en el Estado, y remanentes del Massismo

El Presidente llena su aburrimiento con mensajes o reenvíos en la red X a través de los cuales riega su ego con los que los elogian, insulta a críticos y opositores, difunde memes sexuales, llegando a utilizarlo para desplazar al Ministro de Infraestructura Guillermo Ferraro. Más formal pero igualmente despiadada, fue la forma por la que el Superintendente de Servicios de Salud Enrique Rodríguez Chiantore se enteró de su despido, primero por wasap, y luego por la lectura del Boletín Oficial.

Ni hablar cuando da reportajes a la prensa extranjera y actuando como un irresponsable panelista televisivo denuesta al Presidente de Colombia acusándolo de “asesino y comunista.”

Transcurridos casi dos meses, sectores de la administración estatal y de los entes autárquicos están paralizados por falta de la designación de los responsables. Mientras la prensa oficialista del poder económico le da grandes espacios para informar que cada ministro se paga su café, o que se suspende la concesión al proveedor de medias lunas en la Casa Rosada, o que viaja en aviones de línea,  o que Karina Milei toma conocimiento del aumento de la leche y suspende su compra y por lo tanto el sacrificio de la moderna casta se priva de tomar un cortado, una gigantesca transferencia de ingresos va hacia los sectores desregulados como la medicina prepaga, mientras se compran 24 aviones daneses F-16 de rezago de origen  estadounidense por un valor cercano a los 600 millones de dólares, en una discriminación llamativa: 300 millones valen los aviones y otro tanto el armamento que vende EE.UU, más de dos veces y media el presupuesto del Conicet 2023, sumido en una provocada inanición.  

 A pesar de todas sus limitaciones y de sus apenas 38 diputados, lograron con trampas y complicidades la aprobación del proyecto de ley en general, que era una bomba neutrónica sobre el futuro argentino y a pesar de lo mucho y fundamental que sobrevivió a las supresiones, afortunadamente terminó derretido como manteca al sol. 

El peronismo por su parte, vive una crisis profunda con dos ex candidatos como Scioli y Randazzo integrando el gobierno o apoyando a Milei; con Alberto Fernández, presidente del partido “exiliado” en España; Massa con fuertes versiones que trabaja para un fondo de inversión y Cristina refugiada en el Instituto Patria.     

Es una comedia dramática que abre el camino a una tragedia de dimensiones colosales.

EL DNU Y LA LEY OMNIBUS

Sólo el clima asfixiante de este engaño superlativo puede obviar que ambos instrumentos no merecen otro destino que su rechazo total y absoluto. No es meramente como dijo un patriota como Arturo Jauretche un “Estatuto Legal del Coloniaje” refiriéndose al Acuerdo Roca- Runciman, al inicio de la época infame, sino una rendición incondicional, una declaración de guerra contra el pueblo argentino, a los que lo votaron y a los que no los votamos. Queda el DNU en manos de un fundamentalista que se propone despedazar el Estado y entregar los recursos naturales, convirtiendo a la Argentina en los hechos en un estado norteamericano. El desfile de indignidades que se pudo observar a lo largo de los debates tales como los gobernadores que son capaces de entregar el país a cambio de obtener migajas para sus provincias, diputados tucumanos a los que los limones y el azúcar, y el poder de la familia Blaquier, confunden su representación con la de los senadores; aprobaciones en blanco, discutir sobre un texto desconocido, hacer llegar una versión anterior a las últimas modificaciones. En el medio pasaban la posibilidad que una empresa nacional sea comprada por un fondo de inversión de esa misma empresa radicado en el extranjero para tener muchas más ventajas que si es empresa nacional, poder remesar utilidades sin límites, otorgar concesiones a perpetuidad encubierta y cualquier conflicto dirimirlo obligatoriamente en tribunales internacionales.  O la posibilidad del endeudamiento sin pasar por el Congreso.

Para garantizar este engendro y otros que vendrán, Milei dispuso de un despliegue para la represión a las órdenes de “La dama de latón” Patricia Bullrich que ofrece sus penúltimos servicios camino al geriátrico. La misma que en una hazaña sin precedentes detuvo al colectivero que mató con su vehículo un perro y que no le importó ni se preocupó por las víctimas de su represión. Al contrario, como es una característica de este gobierno hizo comentarios burlones.

En la Argentina de la Presidencia Milei los únicos privilegiados son los perros y las corporaciones.

Los libretistas por supuesto celebraban este regalo de “las fuerzas del cielo”: AEA respaldó la aprobación en general de la Ley de Bases que impulsó Javier Milei; considerando que despeja incertidumbre y genera condiciones para el sector privado.

Dijeron textualmente: “Acertadamente, el gobierno del presidente Javier Milei ha puesto foco en dos puntos centrales que explican ese muy mal desempeño: el tamaño excesivo del Estado en relación con el PBI y las consecuencias muy negativas que han tenido por largas décadas los déficits en las cuentas públicas”, dijeron entonces.

“También valoramos, muy especialmente, que el Gobierno se disponga a tomar medidas que permitan el más pleno desarrollo del sector privado, sometido por años a injerencias estatales indebidas, a controles de precios, a una elevadísima presión tributaria, a restricciones arbitrarias en materia de comercio exterior, y a amenazas como la Ley de Abastecimiento.”

Esta es la clase dominante pero no dirigente que constituye AEA, presidida por Jaime Campos. En la asamblea de AEA de fin de año reeligieron a Paolo Rocca, Héctor Magnetto, Sebastián Bagó y Alfredo Coto como vicepresidentes, y a Marcelo Argüelles y Martín Migoya como vocales. Se nominó también a Alberto Hojman como Tesorero. Participaron Campos, Luis A. Pagani, Rocca, Magnetto, Bagó, Coto, Carlos Miguens, Cristiano Rattazzi, Federico Braun, Luis Perez Companc, Alberto Grimoldi, Hojman, Eduardo Elsztain, Argüelles, Marcos Galperin, María Luisa Macchiavello, Migoya, Charlie Blaquier, Mariano Bosch, Claudia Álvarez Argüelles, Martín Brandi, Alejandro Butti, Martín Castelli, Sergio Kaufman, Pablo Roemmers, Gustavo Salinas, Migue Urus y Amadeo Vázquez.

Como sostuvo el periodista Diego Genoud: “Las fuerzas del capital que respaldan a Milei actúan como si ellas hubieran sido plebiscitadas en las urnas y tuvieran anuencia social para extremar sus márgenes de rentabilidad antes de que se acabe el mundo.”

Nadie poderoso se priva de elogiar a Milei. Desde el embajador norteamericano al multimillonario Elon Musk, pasando por Larry Fink, presidente del Fondo Black Rock a la Primera Ministra Italiana Giorgia Meloni que lo caracterizó como “una personalidad fascinante.”

Los medios dominantes aplauden y militan el ajuste: Sin embargo, hay que apoyar su plan. No solo porque expresa la voluntad de una mayoría del electorado, sino porque los que intentan socavarlo son los mismos que empujaron al país a esta crisis agónica y representan la peor de las alternativas. Héctor Guyot (La Nación 3-02-2024)

“Al menos esta vez no hubo 14 toneladas de piedras para agredir a la policía y a la política en el Congreso y Milei, con ayuda, pudo meter 1 a 0. (Ricardo Roa Clarín 3-02-2024)

“El corpus jurídico de Javier Milei, contenido en un extenso decreto de necesidad y urgencia y en un gigante proyecto de ley, significa lisa y llanamente el diseño de otro país.” (Morales Solá, La Nación 31-12-2023)

Después del rechazo del proyecto de ley escribió Morales Sola: “Es la consecuencia de haber enviado todo el paquete en un solo paquete. Un gobierno más moderado se hubiera alzado ayer con facultades extraordinarias suficientes para hacer reformas profundas en el país….  Se votaron solo seis artículos; hubo 20 votaciones, de las cuales el gobierno ganó 12 y perdió ocho. Con la última derrota comenzó el colapso. Es obvio que a la administración libertaria le está faltando ajustar la puntería de su aptitud. Tuvo un triunfo al alcance de la mano, pero se le escapó por gula más que por necesidad de comer.”

La olla a presión se forja a un fuego intenso: tremenda injusticia distributiva que afecta a la inmensa mayoría de la población, represión violenta contra la protesta, provocaciones y burlas desde arriba, desenfreno verbal desde el presidente, el gobierno y sus seguidores. O desde energúmenos que son legisladores. Un intelectual de La Libertad Avanza, estrecho amigo de Javier Milei como el politólogo Agustín Laje ha expresado: “Celebramos a la Policía, los felicitamos. Cada balazo bien puesto en cada zurdo ha sido para todos nosotros un momento de regocijo. Cada imagen de cada zurdo lloriqueando por el gas pimienta en su cara ha sido para nosotros un momento muy placentero de ver”.

VER DE AFUERA AL NEUROPSIQUIÁTRICO

George Monbiot es periodista de investigación, escritor, ecologista y columnista semanal del periódico inglés “The Guardian”. Entrevistado por Jorge Fontevecchia, en Perfil 4-02-2024, entre otras cosas dijo: “Cuando alguien como Milei llega al poder siempre intenta presentar esta imagen de sí mismo como alguien nuevo que trae un programa completamente nuevo y barre con todo lo que había antes, barre con la corrupción, barre con el clientelismo que prevalecía bajo los regímenes anteriores. Pero lo que vemos en su programa, y de hecho en muchos otros en todo el mundo, no es más que la misma vieja historia neoliberal de austeridad y privatización. Y ahora estamos dolorosamente familiarizados con ello aquí en el Reino Unido. Lo que vemos son recortes masivos en el gasto público, la destrucción de los servicios públicos, la privatización de los activos públicos, la centralización del poder en manos del Gobierno, barriendo las regulaciones que protegen a las personas de la conducta depredadora de las empresas y los oligarcas, que protegen el mundo de la vida, que protegen a los trabajadores, que protegen a las personas más vulnerables de la sociedad. Apoyando a los propietarios para ayudarles a subir los alquileres o desahuciar a los inquilinos, criminalizando la protesta pacífica, restringiendo el derecho de huelga. Este es el paquete neoliberal estándar y se aplica en todo el mundo. Es lo que hemos estado sufriendo en el Reino Unido durante cuarenta años. Es lo que está sufriendo la gente en Estados Unidos. Es lo que Jair Bolsonaro llevó adelante en Brasil. Y por supuesto, como ustedes saben muy bien, es lo que Augusto Pinochet llevó en Chile tras su golpe de Estado…. El resultado es apenas creíble para las personas que no han visitado el Reino Unido desde hace mucho tiempo. Vienen aquí esperando un país limpio, bien gestionado, donde todo funciona, y ven un país efectivamente en ruinas. Nuestros ríos, por ejemplo, están llenos de mierda. Ahora son cloacas a cielo abierto porque las compañías de agua privatizadas, en lugar de invertir en un alcantarillado adecuado, se limitan a verter la mierda directamente en los ríos. Nuestros trenes no funcionan, se averían constantemente, se cancelan constantemente porque las compañías ferroviarias privatizadas no invierten dinero en mejorar el sistema. Nuestros hospitales están en estado de colapso cada invierno, no pueden acoger a los pacientes que lo necesitan. La gente se muere en las ambulancias, que esperan afuera, intentando descargar a sus pacientes. Las ambulancias no pueden ir a recoger a nadie más porque se han convertido en una extensión del hospital. La gente se arranca los dientes, se pega dentaduras postizas caseras con pegamento. Están tomando sobredosis de analgésicos porque no pueden acceder a la odontología. Es decir, todas las funciones más básicas del Estado se están desmoronando, y en lugar de abordar estos problemas, el gobierno pretende criminalizar a las víctimas de esta crisis. Así que ahora mismo, pasando por el Parlamento, tenemos un nuevo proyecto de ley que dice que las personas que duermen en la calle serán encarceladas o multadas con dos mil quinientas libras. En otras palabras, el gobierno está dispuesto a proporcionar celdas de prisión para las personas sin hogar, pero no casas. O alternativamente, puede pedirles que paguen esta enorme cantidad de dinero, que, por supuesto, si estás durmiendo en la calle, no tienen. Y eso es solo una muestra de la locura de lo que está ocurriendo. Y solo para reforzar la extrema desigualdad que introduce el neoliberalismo, nuestro primer ministro, cuyo patrimonio familiar ronda los seiscientos millones de dólares, tiene cuatro casas de lujo, todas ellas para su propio uso. Nadie más puede vivir en ellas, incluyendo un apartamento de lujo en Londres, que reserva enteramente para los miembros de su familia que lo visitan, para alojarlos, utilizándolo como una especie de casa de huéspedes. Este es un hombre que está criminalizando a las personas que no tienen hogares. Y en ese pequeño cameo, se puede ver todo el problema destilado. Este es el gobierno de los ricos, para los ricos y contra los pobres. …”

Milei que va mucho más allá del neoliberalismo, no está sólo en el mundo.

UN POCO DE CORDURA EN EL NEUROPSIQUIÁTRICO

Milei es el último eslabón de una cadena de entregadores. Entre los últimos, sus apellidos comienzan en la lotería alfabética con la letra M. Su entreguismo y pavonearse de ello, lo lleva a decir en reiteradas oportunidades que admira a Margaret Thatcher. Viajó a Israel donde hubiera podido preguntarle al Primer Ministro de ultraderecha Benjamín Netanyahu si hubiera podido hacer carrera en su país diciendo que admira a Gamal Abdel Nasser. Y seguramente, como cipayo supremo, omitirá silenciosamente la posición de Israel que siempre vota con EE. UU y lógicamente Inglaterra contra los derechos de Argentina sobre Malvinas.

Su declaración al bajar del avión de trasladar a Jerusalén la embajada que nuestro país tiene actualmente cerca de Tel Aviv, en medio de una guerra, demuestra a qué kamikaze la mayoría de los legisladores quería delegarle facultades legislativas.

En la destrucción o su intento del proyecto reseteador, entra todo: el cine, el teatro, las bibliotecas populares, las librerías, Conectar Igualdad, la ciencia, el INTI, el INTA, en una lista inacabable.

Es la batalla cultural en términos de Gramsci. 

La Argentina más allá de una victoria parcial, vive un drama camino a una tragedia de proporciones catastróficas. De tal magnitud que más temprano que tarde de concretarse los objetivos de Milei y las corporaciones, seremos huérfanos de Patria, salvo que el pueblo en las calles cambie la dirección actual.

Suponiendo en el caso poco probable que Milei se consolide en la presidencia como Menem luego de dos años, y lograra bajar la inflación, pudiendo inaugurar con la dolarización una convertibilidad dos, incluso mucho más explosiva e imposible de revertir, la destrucción consumada en una utópica década permitirá, en ese caso, recordar melancólicamente aquella frase que Alejandro Dumas pone en boca de uno de sus personajes: “Que felices fuimos, en el tiempo en que éramos tan desgraciados.”   

*Publicado en La Tecl@ Eñe,