La cuenta oficial de la Casa Rosada publicó en sus redes un video alusivo a la llegada de Cristóbal Colón a América donde dice “Hoy, 12 de octubre, celebramos el Día de la Raza en conmemoración de la llegada de Cristóbal Colón a América, un hito que marcó el inicio de la civilización en el continente americano” y añade que se trata de “un hito histórico sin precedentes que sentó las bases de la modernidad en América".

Pueden señalarse algunos errores a los que nos tienen acostumbrados la falta de educación de los voceros del Gobierno, por ejemplo que no se trata del Día de la Raza sino del Día del Respeto a la Diversidad Cultural, que no hay nada que celebrar ya que en todo caso se conmemora el acontecimiento y que mal podía sentar las bases de la modernidad ya que ella se inicia en Europa más de un siglo después.

Por supuesto que ello no es lo peor ya que se trata de una deliberada afrenta y provocación a los pueblos originarios de América. Hablar del inicio de la civilización es una indignante muestra de ignorancia, racismo y petulancia.

Ya que se habla de civilización es oportuna la aparición de un exhaustivo tratado sobre el tema, obra de José Emilio Burucúa doctor en historia de las artes de la UBA, profesor en la misma casa de estudios y en la UNSAM, y profesor visitante de universidades de Paris, Florencia y Berlín.

Burucúa rastrea el concepto de civilización a través de la historia. Encuentra que el siglo IV Europio empleó el término civilitas siempre en el sentido de amabilidad, moderación y dulzura de trato que dispensaban a los ciudadanos emperadores famosos por su benevolencia. ¿Podría afirmarse que los conquistadores europeos trataron con amabilidad, moderación y dulzura a los miles de muertos en las minas de Potosí, o a los que forzaron a dejar sus creencia y costumbres o a los que fueron directamente exterminados en vastas regiones de toda América.

En el libro que comentamos se expone una cita de Montaigne de fines del siglo XVI que ya desmentía la supuesta falta de civilización de los habitantes de nuestro continente: “La asombrosa magnificencia de las ciudades de Cusco y México y la belleza de sus obras en piedras, en pluma, en algodón, en la pintura muestran que los europeos no los superaban en materia de industria”. Además afirma que “Ni Grecia, ni Roma, ni Egipto pueden comparar ninguna de sus obras con el camino que se ve en el Perú desde la ciudad de Quito a la de Cusco“.

En el libro Civilización se encuentra una cita del abate Grégoire de 1808 en la que dice ”Europeos ved lo que sois. Desde hace tres siglos Europa, que se dice cristiana y civilizada, tortura sin piedad, sin respiro, en América y en África, a los pueblos que ella misma llama salvajes y bárbaros con el objeto de procurarse índigo, azúcar, café”.

Volviendo al concepto de civilización que es el que estudia en profundidad Burucúa vemos que el diccionario de la Real Academia lo define como el conjunto de costumbres, saberes y artes de una sociedad humana y pone como ejemplos la civilización china y la civilización occidental. Por lo tanto queda claro que no hay ni hubo una civilización única sino muchas dentro de las cuales encontramos las civilizaciones Mayas, Aztecas, Incaica, etc. por lo que decir que la llegada de Colón marcó el inicio de la civilización en el continente americano es un dislate.

Burucúa busca las primeras definiciones de civilización y encuentra en el diccionario de Antoine Furetiere de 1690 que es “la manera honesta, dulce y pulida de actuar y de conversar”; agreguemos las ideas de amabilidad y moderación a los que se refería Europio citado más arriba. ¿Podemos decir que una persona que agrede en términos soeces (“zurdos de mierda, les voy a dejar el culo como mandriles, ratas inmundas” para citar sólo algunos)  actúa de manera dulce, pulida, amable y moderada? ¿Por lo tanto podemos decir qué es civilizada?

De paso nos podemos preguntar la coherencia de alguien que mantiene como primer valor la idea de la propiedad privada y enaltece como un hito civilizatorio el hecho que inicia el saqueo de todo lo que los europeos encuentran a su paso comenzando por el territorio mismo (Colón toma posesión de unas tierras de las que ni siquiera  sabía que eran, sin preguntarse si había propietarios de las mismas) y siguiendo por los metales preciosos y cuanto esté a su alrededor. Evidentemente esos civilizados no tenían un gran respeto a la propiedad privada que no fuera su propia propiedad privada.