Una paradoja para los mercados. El giro populista y progresista mejoró la macroeconomía que dejó el neoliberalismo y afianzó la democracia en los países de Suramérica donde se cambió el modelo de los años noventa.

Cuando se observan las cifras de evolución económica de los años posteriores al neoliberalismo que fue dominante, no parecen ser las corrientes populistas y progresistas, sino precisamente la herencia de las políticas neoliberales, las que por inercia siguen provocando pobreza y desigualdad, en promedio; aun luego del giro político e ideológico de Suramérica. Es cierto que convivieron en un momento “nuevísimos” regímenes democráticos en la década de los noventa, y tácitamente-en muchos casos- se sabía que a cambio había que sobrellevar al neoliberalismo, pero ello fue al precio de afectar gravemente la calidad de vida de los ciudadanos.

La instalación de las democracias en la región a finales de los noventa no tuvo beneficio de inventario de las políticas neoliberales. Por el contrario, los déficit de las democracias políticas afectaron los sistemas de redistribución del ingreso, el poder y la riqueza, y esto se debe en gran parte a la presencia de espacios neoliberales no sólo en las estructuras económicas heredadas, sino en las percepciones de los actores corporativos y los ideólogos de la "centro derecha", apoyados en la tecnocracia. Aun el peso ideológico de los economistas neoliberales es muy fuerte porque se ha escrito muy poco sobre lo que este artículo da cuenta.

Desde fines del siglo XX, en buena parte de América del Sur -a excepción de Colombia, Perú y Paraguay-el liderazgo político ha dado un giro ideológico significativo, pasando del retiro casi absoluto del Estado, al cual se le habían dejado funciones mínimas, con el objeto de preservar un “ambiente propicio para los negocios y las inversiones”, a la recuperación de las capacidades reguladoras del Estado, y sus respuestas efectivas para recuperar su rol y cumplir con sus obligaciones sociales.

Comprobar mas de una década de tasas de crecimiento promedio del PBI en la región, es lo que permite observar que la ideología neoliberal, por si misma, no resulta determinante en el momento de asegurar condiciones favorables a la inversión y el denominado “buen clima para los negocios”. Entonces, ¿a que se debe que siga la influencia de los economistas neoliberales? - Hay muchas explicaciones, pero empecemos a resignificar las definiciones. Por ejemplo “clima de inversión” y “ambiente de negocios”, introduciendo nuevos conceptos de política económica, y todo esto a la luz de los números, que muestran a las claras que deberían adaptarse las enunciaciones con los nuevos tiempos, aun en virtud de la combinación del menú de amplias variedades populistas y progresistas concretos, para impulsar mas investigación  dentro de la afluencia de cambios registrados en Argentina y la región. Exhorto a la producción y difusión de los progresos macroeconómicos en Suramérica, a los economistas becarios de las más emblemáticas y prestigiosas instituciones que hayan recibido inversión presupuestaria, mas aun teniendo en cuenta que las fundaciones privadas no serán las que financien este tipo de trabajos.