El próximo 25 de octubre vamos a poder elegir un cambio. Argentina finalmente será un país serio y republicano que se sentará ante el tribunal del juez Thomas Griesa para hacer lo que el juez diga. Esto es, pagarle a los fondos buitre, quienes en realidad son tipos de buena fe que sólo quieren cobrar.

El Congreso dejará de ser una escribanía y las votaciones se definirán como en la legislatura porteña, donde las leyes impulsadas por los diputados del PRO, luego, pueden ser vetadas por el jefe de gobierno y referente de ese mismo partido, marcando un liderazgo y una coherencia pocas veces vista.

El 11 de diciembre de 2015 “el mercado” va a determinar el precio del dólar y, gracias a ello, se frenará inmediatamente la inflación. También se devaluará el salario de los trabajadores, y se reducirá el consumo y la actividad comercial. Las negociaciones paritarias serán un recuerdo del gobierno fascista que supo gobernar durante 12 años en nuestro país.

Por fin Mirtha Legrand podrá decir todo lo que piensa sin ser censurada y la libertad de prensa dejará de ser una utopía ya que los principales diarios podrán expresar en sus tapas todas sus críticas al gobierno.

Dejaremos de estar aislados del mundo: luego de acordar con el Fondo Monetario Internacional, recibiremos préstamos que pagarán los futuros gobiernos y volveremos a ser “el alumno ejemplar” ante los ojos de los Estados Unidos.

Mientras tanto vemos cómo la escribanía K llega a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y los países integrantes de dicho organismo, sometidos al régimen autoritario de Cristina Fernández de Kirchner, votan en consonancia con los caprichos de la Argentina.

Por unas pocas semanas más tendremos que escuchar el relato oficial que pretende hacernos creer que la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución impulsada por la Argentina para establecer un marco global para la reestructuración de deudas soberanas, con el fin de poner límites a los “fondos buitre” a lo largo y ancho del planeta.

El relato agregará que el resultado de la votación fue de 136 votos a favor, 41 abstenciones, y 6 en contra: Estados Unidos, Alemania, Israel, Japón, Gran Bretaña y Canadá, a quienes solemos denominar “el mundo”.

Finalmente llegará el 25 de octubre y podremos votar y cambiar a este gobierno. Caso contrario, las elecciones habrán sido las más fraudulentas de la historia ¿Qué duda cabe?