Hacía mucho tiempo que no encadenaba muchos eventos deportivos en tv. Me refiero a echarse en un sillón, y ver deportes en vivo. Cualquier manifestación deportiva; pero en vivo. Lo que estuviera pasando a nivel deportivo debía ser en vivo.

Esta manía nació una tarde/noche de agosto de dos mil y pico, cuando mi esposa me agarró viendo un Boca vs Racing de los 80's, aunque pensándolo mejor podría haber sido de los 90's también. Había sido una goleada. No recuerdo tampoco si de Boca a Racing o al revés. Entre 1987 y 1993 Racing y Boca protagonizaron tres partidos que terminaron en goleada. En la 4ta fecha del campeonato de la temporada 87/88 La Academia le ganó a Boca Jrs 6-0. En el Clausura 91, Boca le devolvió gentilezas con un 6-1 y, en el apertura 93, volvió a ganarle pero 6-0. El tema es no puedo recordar cuál de éstas goleadas estaba mirando en la tele.

Mi esposa me miró y me preguntó- ¿De cuándo es este partido?- No le mentí. –Es Viejo. Le respondí.

Mirá- prosiguió- Te banco que mires deporte todo el tiempo que quieras, siempre y cuando en el ángulo superior derecho de la pantalla, se pueda leer la leyenda “En Vivo” o “Vivo”, “Live” e incluso “Ao Vivo”. Concluyó.

Me pareció justo y así quede.

La cuestión es que pegué la final de Roland Garros de la categoría damas, donde venció Serena Williams. También me clavé la final de caballeros, donde Wawrinka le hizo un partidazo a Nole y le ganó; me ví un tiempo y medio a San Lorenzo 0 Belgrano 0; un poco de los X-Games en Austin, la selección vs Bolivia. También me ví el Olimpo 1 River 1, el Boca 4 NOB 0; un rato de Real Salt Lake vs Colorado Rapids; y por supuesto la final de la Champions entre el Barcelona y la Juventus. Y lógicamente hago el parate acá; porque la torta viene ahora.

Más allá del partido en sí; no importa para este caso hacer una evaluación técnica o táctica; no pude evitar la tentación, como creo que tantos, de hacer comparaciones odiosas. ¿Cuáles? Las dos parcialidades más o menos intercaladas; los ganadores haciéndoles pasillo a los perdedores; los campeones subiendo por la mitad de la platea baja con total naturalidad; que hayan terminado los 22 jugadores, los rivales queriéndose ganar reglamentariamente; que se yo… boludeces.

Inmediatamente me enteré de lo que estaba sucediendo entre All Boys y Chacarita y los desmanes allí desatados. La tentación era cada vez más grande. Ya me había pasado algo similar por la mañana viendo a Wawrinca y Djoko. Me avergoncé de pensar que los sábados a la tarde “hago tenis”.

El domingo por la tarde, ya con un irremontable Boca 3 NOB 0 me mando en un zapping y me quedo colgado de un partido de la liga norteamericana de fútbol. Son tiernitos; pero van… la buscan, rotan, se la pasan, de vez en cuando uno se saca a otro de encima, nada del otro mundo. Nadie discute; nadie se tira al piso, nadie se tapa la boca para hablar; los tiros libres y los saques de banda se ejecutan desde donde debe ser. Son las bandas de los yernos ideales.

Habría 15 mil personas en la cancha; con sus hot dogs y sus vasos gigantes de gaseosa. Sus potatoes; y sus cups. Mientras tanto Boca Jrs vencía a NOB 4-0 con la cancha vacía.

La tentación ya era insostenible. La desazón y el desconcierto me estaban abrumando cuando un mecanismo mental me llevó a hacer un par de preguntas ¿Y si el verdadero espectáculo del fútbol es el que vivimos nosotros y no el que viven ellos? ¿Qué tal si la evolución del espectáculo del fútbol es más bien sombría que brillante? ¿No estarán ellos con doping positivo y nosotros con las reacciones más profundas y puramente pasionales de lo que brinda el fútbol?

Me asusté.

Ojalá tengamos todos una buena semana.