El macrismo y el MPN pretenden archivar la lucha por los derechos humanos
Por segunda vez consecutiva, los concejales de San Martín de los Andes rechazan otorgar un lugar físico a la instalación de un símbolo de la lucha contra la dictadura.
Los concejales macristas y del MPN en San Martín de los Andes coincidieron este jueves en no dar lugar físico a la obra escultórica ‘Pañuelo de la Memoria’, votando que el proyecto de instalación en Plaza San Martín, la principal de la ciudad, sea nuevamente retirado del recinto y del debate, hasta nuevo aviso, según informó un medio local.
Se trata de una obra del escultor Santiago Cariac, reconocido a nivel local y regional, que ganó el concurso convocado por la Municipalidad en cuyas bases se establecía, explícitamente, que sería colocada en la plaza central de la ciudad.
No obstante y con el fin de lograr consensos, los ediles de Unidad Ciudadana y de Nuevo Compromiso Neuquino habían reformulado el proyecto original, planteando la transitoriedad del monumento en la plaza principal para ser trasladado luego y en forma definitiva a la Plaza de la Memoria, que materialmente no existe ya que solo es un proyecto.
Pero bajo el influjo de los concejales Sergio Winkelman (MPN) y Sebastián D’Amorin (Pro), el proyecto volvió a ser retirado, como ocurriera en una sesión anterior. Como sostuvo enfáticamente Winkelman, presidente del cuerpo deliberativo sanmartinense: la obra “tiene que estar en la Plaza de la Memoria, no en la Plaza San Martín”.
Sin embargo, esa postura y la decisión mayoritaria del Concejo de esa localidad neuquina lleva a que el trabajo ganador del concurso no tenga sitio alguno donde ser instalado, teniendo en cuenta que la Plaza de la Memoria tiene fecha indefinida de realización y mucho menos de conclusión.
En los hechos, el macrismo y el Movimiento Popular Neuquino, que gobierna la ciudad y la provincia, hicieron que se retirara el proyecto y, al mismo tiempo, condenaron la obra a las sombras, sacándola de circulación pública en forma indefinida, atemporal.
La consecuencia política y concreta que deriva de tal decisión es el ocultamiento no solo de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo representadas por el símbolo escultórico, sino la intención de archivar la lucha por los derechos humanos.
Ello se demuestra además por las argumentaciones de ediles como D’Amorin y María Esther Juárez (MPN), que reflejaron un enfático rechazo a cuanto tenga que ver con reivindicaciones como Memoria, Verdad y Justicia con relación a delitos de lesa humanidad, aberrantes e imprescriptibles.
Lo que implicaría, a su vez y por extensión, la vindicación vergonzante de la dictadura cívico-militar y de sus crímenes; un hecho grave aún si ocurre en una pequeña ciudad turística de la Patagonia.