Economía, omisiones veladas
“La-La-Lá, las estrellas lo sabrán. “La-La-Lá, rosas en el mar”… ¡La-La-Lá…Nación! - ¡La-La-Lá…Nación!-
Nunca se observo como ahora una divergencia tan importante entre la realidad argentina y lo que recomendaban los economistas invitados del diario La Nación-hoy ausentes-, en sus páginas.
Comprensible, es una tragedia que en 17 meses, el Gobierno esponsoreado no haya bajado la inflación, sino que la haya aumentado.
En el suplemento económico de los domingos del diario “La Nación”, surge evidente la deserción de destacados economistas que escribían regularmente, como de quienes eran consultados por sus periodistas. El suplemento muy bien logrado por su Director, se ha transformado en una revista de negocios, donde leemos artículos de CEOS o emprendedores que expresan su euforia basada en el potencial “ambiente de negocios”, las probables “futuras inversiones” y, algunos buenos periodistas que tocan temas importantes, pero “en modo soft”. Es que la recuperación de la economía no llega y es difícil respaldar lo insostenible. El BCRA procurando bajar las expectativas de inflación y la tasa de inflación efectiva, no hace más que amplificarlas.
Al mismo tiempo que el presidente dice que el déficit no se puede seguir sosteniendo, Dujovne, aplica una política fiscal expansiva financiada con deuda externa y en menor medida con “la maquinita”. Una cosa era tener el gasto alto sin endeudamiento y sin desplome del PBI, y otra es aumentar el gasto y la deuda con caída del PBI. Los banqueros solían ser gente cuerda cuando yo trabajaba como director financiero. -¿Como es que siguen prestando-aunque lo hagan al doble de tasa-a una economía sin rumbo?-Esta estrategia de pedir prestamos externos genera dólares baratos, pero los pesos hay que absorberlos o van a producir aumento de precios-según el ABC de la teoría monetaria-. La importación de bienes, las compras por Internet, el turismo “déme dos”, y los colchones verdes van “in crescendo”. El mundo nos felicita (dijo Macri). Obvio presidente, lo agasajan porque estamos estimulando la demanda de SUS productos. Continuamos generándoles empleo a ellos. Financieramente pagamos más del doble de tasas de interés de las que paga México y el triple que Chile, más del doble del promedio de Latinoamérica exceptuando Argentina y Venezuela. Claro que en este escenario, el empleo argentino no progresa y las probabilidades que se intensifiquen los despidos madura.
El dólar barato afecta las exportaciones industriales. Este sector tampoco es favorecido por un aumento del consumo interno, en contraste sufre su reducción. Los únicos “brotes verdes” son los de la deuda externa que crece como el palán palán. Ya sabemos que habrá que pedir más, y el BCRA tendrá que darle a la maquinita para comprarle dólares al Gobierno. A su vez el BCRA tendrá que tomar más deuda en LEBACS y pases, porque no se reactiva la demanda de pesos. La demanda de LEBACS si que aumenta-ya supera en 16 puntos porcentuales a toda la base monetaria-, porque su rendimiento resulta mucho más atractivo que un plazo fijo, y cien veces más conveniente que instalar una fábrica contratando obreros en blanco. Así las cosas, podemos presumir que pronto comienza la caída de depósitos en pesos y el derrumbe del crédito. No se vende al contado y tampoco se venderá a crédito. El Gobierno provocará la reducción del crédito al sector privado, afectando negativamente la demanda y la producción. Mientras tanto vemos a diario a los representantes de ¡que me importa! quienes habiendo desbordado el disparate siguen su vida como si nada. No parece que les interese haber mentido. Asumo la ceguera ciudadana de una “clase media televidente” con el promedio de comprensión de un niño de 9 años, pero me pregunto: -¿donde esta la racionalidad de los mercados?-
Los medios han invisibilizado a los que pueden decir algo. Hoy es difícil encontrar economistas afines del Gobierno. Cambiemos vino a endeudar, aumentar el gasto y empeorar la seguridad. Si hay algo que no resiste ningún análisis, es el sentido común de quienes siguen comprometidos con esta vulgaridad que estamos padeciendo.