Demoliendo Hoteles
No todos los negros son veloces, y tampoco bailan todos bien. No todas las chicas bonitas que trabajan en los medios se acuestan a tener sexo a cambio de los lugares que ocupan; y no todos los humildes son mejores personas que carecen de esa condición.
No todas las bandas que se separan se juntan; y no todos los gestos románticos tienen el efecto deseado.
No todos los amores que no se concretan son los mejores, y no todos los engaños son físicos. No necesariamente triunfa siempre el bien. No todas las películas de Woddy Allen son buenas, y no todo lo escrito por Borges es magnífico.
No necesariamente los vinos más caros son los mejores; y no todas las pluralidades incluyen.
No todas las mujeres bellas son ardientes, y no todas las mujeres son bellas. No todos los románticos tienen éxito en el amor, y no todos los amores imposibles son de novela.
No todos los fogones unen, no todas las canciones del Indio Solari, de Skay, de Spinetta o de Cerati son un himno, y no todos los jefes comprensivos hacen bien su trabajo.
No todas las acciones políticoculturales de Barenboim surten efecto; y no todo se goza de manera correcta sin antes haber padecido.
No todos los encuentros con amantes son maravillosos, y no todos los alimentos saludables convierten a quienes los consumen en templos de salud.
No todos los tipos saben manejar sus aptitudes sexuales y no todas las chicas de senos prominentes son gustosas de usarlos.
No todas las cosas de la vida cotidiana son simples; y no siempre gana el peor. No se consigue todo por lo que se pelea y no siempre se deja una huella en aquellos que queremos.
No todo lo que funciona es justo; no todo lo que está bien hecho sirve; no todas las intenciones son buenas y las buenas, muchas veces, solo son intenciones. Para colmo de males, acabo de enterarme que Playboy no publicará más desnudos en sus revistas.
A pesar de éste detalle, y de éste manifiesto, ojalá tengamos todos una buena semana.