Liberar importaciones. Hacer flotar el tipo de cambio que Macri dejó bajo control. Permitir la compra de más de u$s200. Bajar el gasto primario sin discernir el costo social.  Quitarles medicamentos a los ancianos. Bajar los derechos de exportación a la soja y la minería. Subir las tasas de LELIQ. Disminuir el suministro de alcohol y algodón a los hospitales. Suspender el suministro de tizas y pizarrones en las escuelas. Suspender la provisión de chalecos anti balas para los policías. Frenar la provisión de nafta para patrulleros. Quitar los nuevos planes sociales que otorgó el gobierno de Macri. (Que hoy son 150% más que en 2015). Abandonar deudores UVA. Pedir los u$s13.400 millones que falta desembolsar al FMI. Ir al Foro de Davos en manada. Seguir con el besamanos de reyes y presidentes que vienen a pasear y ser agasajados a cambio de nada. Duplicar otra vez la relación deuda/PBI en 3 años y fugar el equivalente. Inventar más y mejores bicicletas financieras.

Por eso es necesario aprender a pensar desde otros marcos teóricos.

No se puede analizar la economía con visiones neoliberales. Este es un gobierno popular.

Cuidado, los agentes económicos esperan, desean o planean valores y comportamientos de las variables que no van a coincidir con lo que luego sucede, se concreta y/o se ejecuta.

El corto plazo es el periodo de tiempo en el cual alguno de los factores productivos no se puede modificar. Se considera que el stock de capital está fijo, porque no es posible incrementarlo o reducirlo en forma instantánea. Por eso presumir, propagar y difundir la solución optima, por el lado de la inversión es absurdo. O decir: “así la inversión no va a venir”. No. Por supuesto que en este momento no. Todavía no va a aparecer. En cuatro años tampoco apareció, calma.

El largo plazo representa el período de tiempo en el cual todos los factores productivos se pueden ajustar óptimamente. Los factores de producción, incluido el stock de capital, se pueden modificar para llevar a cabo la producción de bienes y servicios con las cantidades de recursos óptimas. Pero hoy no podemos más que, esperar el acuerdo de reestructuración de la deuda. Sin reestructuración, nada es predictible. Dejaron “tierra arrasada”.

PARA QUE SE COMPRENDA

Teníamos una fotografía inicial (diciembre de 2015), luego “pasaron cosas” y ahora tenemos una fotografía final (diciembre de 2019). Entre ambas imágenes transcurrió tiempo. La imagen inicial indicaba que la relación deuda/PBI era muy baja (alrededor de 50%, mayormente deuda en pesos). En cuatro años esa correspondencia (deuda/PBI) se duplica y, además se desarrolló en forma inversamente proporcional. Ahora la deuda en dólares supera holgadamente a los compromisos en pesos. La inflación supera en el doble el índice del Congreso de 2015. La figura final muestra una liquidez avasallada con alto riesgo de insolvencia fiscal intertemporal. La imposibilidad de cumplir con los compromisos en agosto de 2019 generó un default parcial de la deuda. Así podríamos ver (diciembre de 2015) versus (diciembre de 2019) y, como el desempleo se duplicó, el PBI per cápita cayó 10%, la inversión se desplomó, el consumo se derrumbó, el poder adquisitivo del salario perdió 25%, las jubilaciones perdieron 20% de poder de compra. La pobreza se descerrajó, las tasas de interés se quintuplicaron para las pymes, el dólar-como sea que se lo tome en 2019- es 5.5 veces más alto. En un análisis dinámico tomaríamos en cuenta el factor tiempo, para ver la evolución. Como si se tratara de una película de cuatro años y, observaríamos la evolución del PBI a lo largo del tiempo que cayó 6%. En dólares se destruyó casi 45% de la riqueza. Algunas de las empresas que perdieron, cerraron (alrededor de 20.000). Pero aquellas en que los balances demuestran que ganaron en pesos, “valen” la mitad en dólares.

¿COMO PENSAR AL PERONISMO?

POLITICA FISCAL

Una política fiscal expansiva-típicamente peronista-implica incrementar el gasto, vía aumento de salarios, jubilaciones, subsidios, incremento de la obra pública. Para Macri significaba reducir impuestos y derechos de exportación. Son estrategias distintas.

Todos los Estados modernos hacen uso activo de la política fiscal a fin de sostener e incentivar el nivel de actividad de las economías, de acuerdo a los objetivos de distribución que cada gobierno cree más conveniente. Hoy decide el peronismo.

Siempre que se incurre en déficit fiscal, el mismo debe ser financiado por una cuenta en pesos de ahorro previo, emitiendo pesos, o tomando deuda externa o en el mercado domestico. Esto último hizo el gobierno de Cambiemos. En 2017 Macri logró el máximo nivel de déficit gemelos de la historia contemporánea (alrededor de 14% incluyendo, si incluimos el déficit cuasi fiscal). Los gobiernos deben atender con cuidado el riesgo de insolvencia en el tiempo de las políticas fiscales expansivas. Hasta mediados de 2018 no fue juiciosa la decisión escogida. Martin Guzmán en cambio, habló de expansión con moderación y, advirtió los riesgos.

ESTADO PRESENTE

Otra cosa importante es que siempre la intervención del Estado puede hacer más barato un determinado bien con el fin de aumentar el poder de compra de los asalariados o favorecer algún sector productivo. Eso hace ahora mismo el peronismo con el 8% de rebaja de los medicamentos, 8% de rebaja en precios cuidados, suspensión de aumento de tarifas por 180 días y moratoria fiscal. Alberto Fernandez quiere asegurarle rentabilidad empresaria a determinados sectores mediante distintas compensaciones que permiten bajar el precio doméstico de producción y comercialización. En el periodo 2003-2007, la industria local y el sector agropecuario pagaron tarifas de electricidad  y  gas oíl más baratas que el resto del mundo, porque se subsidió la energía y el combustible, en ese orden.  

Todas estas intervenciones proporcionan rentabilidad o protección a quienes las reciben, pero mejoran a la sociedad en conjunto.

POLITICA MONETARIA

El Estado a través del BCRA es el encargado de determinar la cantidad de dinero en circulación.  Estas decisiones tienen efectos sobre el nivel de crédito y las tasas de interés, e indirectamente afectan la demanda agregada, vía consumo e inversión. El gobierno de Macri aplico políticas contractivas (absorbiendo dinero mediante el pago de tasas extravagantes en LELIQ). El gobierno de Alberto Fernández ya aplica medidas “expansivas controladas”. A su vez, el accionar de los bancos comerciales, genera lo que se conoce como “dinero secundario” a través del efecto multiplicador. En la era Macri los bancos NO prestaban y hacían inaccesible el crédito. La idea de Alberto Fernandez es que los bancos proporcionen crédito para la actividad productiva a tasas sensiblemente más accesibles.

Estas y muchas otras medidas cambiarias, de comercio exterior, normativas para proteger los dólares y los pesos, están vigentes o en marcha. No alcanzarían cinco artículos para describir lo que se hizo en menos de un mes.

En conclusión, no podemos escuchar a quienes piden que el gobierno de Alberto Fernandez (que ganó las elecciones con un 20% más de votos que la oposición), aplique las políticas que desean quienes votaron a Macri.