Las imágenes son indignantes. La discriminación sexual instalada en Rusia, junto a una ley dispuesta por el presidente Putin, no permite la propaganda a favor de la libertad de elección sexual en la vía pública.

Por eso, cuando los activistas intentan llamar la atención sobre el grave atropello contra los derechos humanos, terminan golpeados y encerrados por las fuerzas policiales.

El caso de las integrantes del grupo punk Pussy Riot -en su mayoría compuesto por chicas- logró levantar una bandera que cosechó apoyo en todo el mundo.

En 2012 fueron condenadas por  "vandalismo" cuando cantaron contra el Gobierno cerca de la catedral de Moscú. En diciembre del año pasado fueron beneficiadas por una ley de amnistía y fueron liberadas.

Las Pussy Riot comenzaron su actuación pero los uniformados destrozaron una de las guitarras y usaron látigos para lastimarlas.

En esencia, son un grupo musical con líricas de fuerte contenido social, en defensa de los derechos de la mujer y con una fuerte crítica ante las políticas sexistas del presidente ruso.