Asspera en Groove: un viaje de ida a la ‘Concha de Dios’
“¡Soy un pelotudo!”, me dije cuando terminó el recital. “¿Cómo nunca fui a ver a Asspera hasta hoy?”, repetía mientras salía de Groove. La oportunidad finalmente se dio para la presentación de ‘La Concha de Dios’, y entre birra libre, gordos travestis, el Papa Áspero y un montón de hijos de puta, disfruté más que el Chavo en la fábrica de tortas de jamón.
Desde hace varios años, cuando un grupo de enfermos mentales aparecieron en Youtube con un video que titulaba ‘Gorda Puerca’, me hice fan de Ásspera. Pero como un boludo nunca los fui a ver. Recordemos que al principio tocaban una vez al año en fecha capicúa, luego se fueron sumando más gentes (si así se las puede llamar) y shows, pero por h o por b nunca iba.
Hasta hoy. Toda esta introducción que no le interesa a nadie sirve para decir que me faltaba “la pierna”, mi gran amigo el ‘Dani’, el único periodista que conozco que no es un caretón como la mayoría. Así que chupando vino, birra, comiendo un salamín y echando unos humos de flores llegamos a Palermo. Si sabés leer, agarrate, porque la cobertura es larga... ¡como ésta!.
En la previa ya había pogo, el ambiente era de fiesta. Los parlantes pasaban Pantera, System of a Down, Hermética, Korn, en fin toda la música que le gusta al pueblo metalero. Y en las voces de los chicos se emulaban cánticos como “Macri gato”, “para Caruso la selección” o una dedicatoria al rubio salvaje trucho que había entre el público: “El rubio tiene hambre, comprale un choripán” (aunque yo estimo que estaba muy bien alimentado). Hablando de alimentación cabe destacar que los pibes juntaron alimentos para ayudar a la gente necesitada, siempre es buen momento para ayudar.
Se apagaron las luces y ya el pogo era descontrol. Arrancaron los acordes de ‘La Concha de Dios’ y yo quería romper todo. Pero estaba en la birra libre y no daba tirarme para abajo porque me iba a lastimar, así que empecé a patear todo, inclusive al ‘Dani’ que se comió algún que otro patadón.
Cuando se baja el telón rojo, Richar Ásspero aparece levitando con una túnica negra, la misma vestimenta tenían el resto. Aunque parezca una joda me han contado de casos en oriente de tipos que decían que levitaban y tenían el mismo asiento que Richard. En realidad, creo que el ásspero levita más que esos chantas.
Como sea, el show empezó con todos los clásicos al palo y de repente hizo su aparición el Papa Ásspero, al que todos nos rendimos en una oración: “¡Hijo de puta!, ¡hijo de puta!, ¡hijo de puta!”. Después de la bendición, llegó el primer momento de elixir: ‘Gorda puerca’, con el que subió el mismísimo rubio salvaje a tocar la viola. ¡Y yo no sabía que tocaba tan bien! Realmente me sorprendió, no era solo un gordo transformista.
La sonrisa no se me quitó del recital en ningún momento. Tampoco la de 3,14 Jota, que debe oscilar entre pegarle a las notas y cagarse de risa. Lo mismo para Julián Ba…, digo Rockardo Ásspero: terrible violero. Y Nicogollo Muñón en el fondo dándole duro. Bueno, a los que nos gusta el metal (sin dárnosla de súper metaleros) conocemos a estos personajes de otros bagajes y sabemos lo que tocan, ¿no?
Hacía rato que no veía a una banda, digamos joven (y los estoy piropiando) que genere esa pasión, esa relación pasional… vos me entendés. Te juro que no fue el alcohol ni la droga. Creo la autogestión, la independencia, ayuda a que se genere esa relación “sin intermediarios”, tal como dijeron los músicos sobre el escenario. “Son solo ustedes y nosotros”, repetía Rockardo, mientras el vocalista le mandaba un tierno saludo a la municipalidad que no les habilitó el Microestadio Malvinas Argentinas, ¿por qué? No se sabe, quizá, ¿será porque son unos hijos de re mil puta? Seguramente.
También, pensé: “Una banda que hace un extracto de Lazy en un tema que dice ‘te saqué la caca para afuera y no te pudiste sentar’ me enamora, merece todo mi respeto y admiración”. Y llegó un tema que más actual no puede ser, ‘La del Diego’. “Volver a ser campeones, como en el ’86. Que Lio tome la del Diego, aunque sea una vez”, reclamaba y Richar preguntó a los assperos quién debería jugar de 9 en la selección. Tiró varios nombres: Icardi (resistido para el carajo), Benedetto (no convenció una mierda), y por último Alario, que parece tenerla más dura.
Pasaron tantas cosas en más de dos horas de distorsión, que estos hijos de puta me hacen escribir como un exclavo. Pero no puedo evitar enumerar las cosas que me llamaron la atención, como cuando subió un secuaz disfrazado de gato. Un saludo al presidente de la Nación. Sin la pija como micrófono, la banda interpretó 'Desconfío' en honor a nuestro ‘Carpo’, reversión presente en este último trabajo discográfico. Rockardo dijo que hubo polémica con el tema en las redes sociales, pero claramente les chupa la pija. Eso es lo que más me gusta de Asspera.
Durante el show hay una sucesión de pelotudeces que me hacen estallar de risa, mientras abandono al ‘Dani’ y me voy para abajo a poguear al corazón (aunque más apretado que pedo en bombacha de gaucho). Fue entonces cuando 3,14 Jota hizo ‘Nube Negra’, con un nubarrón sobre su cabeza. Y mirá que, a pesar que sus compañeros avisaron que era probable que se olvide la letra, el boludo, ¿qué hizo?... se olvidó la última parte. Todo era tan hermoso que no quería que termine. Posta, loco, hacía rato no la pasaba tan bien en un recital.
Entre la gente tirándoles monedas al escenario, y yo que medio en pedo le mandaba mensajes a mi mujer: “Tenés que venir a ver a Asspera, se lo vas a contar a tus nietos”, dando la nota, llegaba el final del recital con ‘Pogueando al corazón’… y, ¿sabés qué? Otra vez me sorprendí. A pesar de la joda, el quilombo, los travas y el circo, esa canción llena de emoción a la gente y a los músicos. Al parecer la pérdida de Mario Lauro Santillán (su baterista original), se convirtió en música, en emoción, y se nota. Una imagen que me llevo guardada es la de Rockardo saludando a cada uno de los integrantes del grupo, que no son una empresa, son una familia.
Me fui zigzagueante, medio mojado, bajo la lluvia, y contento. Si todos los shows son así, voy a cumplir con creces mi falta durante todo este tiempo. Encaramos para lo del ‘Dani’ que vive cerca de Plaza Italia, a comer ‘una porza de muza de anoche, ginebra en la mano, esperando que caiga’… ya sabés cómo sigue.