Ya lo sabíamos, pero es muy saludable escucharlo de parte de investigadores científicos. La música tienen innumerables beneficios psicológicos y físicos en el cuerpo de las personas, y hasta es capaz de cambiar estados de ánimo o arrancar emociones de los corazones más impermeables.

Diversos estudios científicos han comprobado efectos que, si bien son perceptibles, necesitaban una explicación para los más descreídos.

VOCABULARIO

La revista especializada Nature Reviews Neuroscience, de la Universidad de Northwestern (Illinois, EEUU)  señala que los niños que tienen algún vínculo con la música o formación musical, desarrollan un vocabulario más amplio y una mejor capacidad de lectura. Durante el entrenamiento musical, para tocar cualquier instrumento, se establecen conexiones neuronales que mejoran las aptitudes para comunicarse.

RESISTENCIA FÍSICA

En 2008, científicos de la Universidad de Brunel demostraron que ciertos géneros de música, especialmente el rock y el pop, aumentan hasta en un 15% la resistencia física del cuerpo al realizar ejercicios intensos.

CIRCULACIÓN SANGUÍNEA

Científicos del Centro Médico de la Universidad de Maryland, demostraron que escuchar música puede ser tan beneficioso para el sistema cardiovascular, como hacer ejercicio o tomar medicamentos.

IMAGINACIÓN

Luego de estudiar a 15 personas, científicos de la Universidad de Tel Aviv demostraron con resonancia magnética que cerrar los ojos mientras se escucha música aumenta el efecto emocional.

ESTUDIO SIN MÚSICA

Según un artículo en Applied Cognitive Psychology, las personas que realizan una actividad cognitiva (como estudiar o escribir) y escuchan música de fondo al mismo tiempo, reducen su rendimiento en el aprendizaje de una materia. Lo que recomiendan para estos casos, es realizar dichas acciones en silencio.

CAPACIDAD AUDITIVA

Un estudio en conjunto entre las universidades de California y Arizona, revela que el oído izquierdo responde mejor a la música, mientras que el derecho a los sonidos del habla.

MÁS MÚSICA, MÁS SED

De acuerdo a la revista Alcoholism: Clinical & Experimental Research, el alto volumen en los bares motiva a las personas a ingerir más alcohol en menos tiempo.