Un pez mexicano que tiene poder afrodisíaco y es más caro que la cocaína
El kilo que venden los pescadores a traficantes asiáticos oscila entre los 500 a 2.000 dólares. Luego es revendido en el mercado negro por un valor cercano a los 60.000 dólares. Cocinado en una sopa, el animal tiene cualidades medicinales y regenerativas.
El pez totoaba vive sólo en el Alto Golfo de California de México, enfrenta desde hace décadas la caza furtiva porque su buche es enormemente codiciado en China, donde se le atribuyen capacidades afrodisíacas y medicinales.
En apariencia, el pez totoaba no es especialmente atractivo. De la familia de las curvinas y carnívoro, puede llegar a medir hasta dos metros, pesar 100 kilos y cumplir más de 20 años.
Su pesca se debe al gran valor que en China se paga por la vejiga natatoria -el buche- que es un órgano interno que estos animales utilizan para regular su flotabilidad.
En el país asiático se cree que la vejiga natatoria, cocinado en una sopa, tiene cualidades afrodisíacas, medicinales y regenerativas. El kilogramo de buche de totoaba puede llegar a valer hasta 60.000 dólares
"Se dice que da mayor potencia sexual, disminuye el colesterol, mejora la circulación, rejuvenece la piel y otorga longevidad a quien la consume", destacó la senadora Diva Hadamira, al denunciar la problemática en la Cámara alta en 2014.
En 1975 se declaró la veda permanente del pez, y un año más tarde apareció en el listado de especies amenazadas y en peligro de extinción de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
Adicionalmente, en 1993 se decretó la "Reserva de la Biosfera del Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado", instaurándose la veda total e indefinida de caza y captura de totoaba y vaquita marina.
No obstante, según cifras de la Secretaría de Marina (Semar), desde enero de 2013 hasta mayo del 2014 se habían decomisado más de 17 toneladas de totoaba.
"Pescan la totoaba, cogen la vejiga natatoria y tiran toda la carne al mar, se encuentran totoabas muertas por todas las playas, flotando en el agua", lamentó Oona Layolle, directora de operaciones de barcos para Sea Shepherd en el norte del Golfo de California.
La merma en la especie de totoaba conlleva un problema mayor por la red usada por ilegales que trabajan "día y noche": "Son mallas muy grandes, y están matando toda la biodiversidad de la zona; caen delfines, tiburones, ballenas, tortugas y rayas", apuntó Layolle.
La pesca de totoaba supone el sustento principal de muchos habitantes de pueblos del Alto Golfo de California, como San Felipe o Puerto Peñasco, aunque tampoco los enriquece.
El precio que pagan los intermediarios asiáticos a los pescadores mexicanos por un kilo de vejiga o buche es de entre 500 a 2.000 dólares