Un condenado a muerte eligió una insólita manera de acabar con su vida
Un asesino intentó convencer a la corte de que no debían matarlo con una inyección letal sino de una manera mucho peor, aunque, según él, más efectiva. Además, pidió una comida de 5.000 calorías antes de su ejecución.
J. W. "Boy" Ledford Jr. asesinó hasta casi degollar a Harry Johnston, el médico que ayudó a su madre a dar a luz y traerlo a este mundo. Su delito lo llevó a ser condenado a muerte, aunque ante la Corte pidió clemencia para que la sentencia se llevara de una forma distinta y no con la inyección letal que el estado de Georgia, en Estados Unidos, suele utilizar.
El deseo del asesino no solo sorprendió a sus abogados sino también a las autoridades del penal y a las del estado. El pedido nace principalmente por los resultados inesperados que produjo en algunos sentenciados el midazolam, un sedante letal que en ocasiones no actúa como se suponía que debía hacerlo.
Ante el temor de que la inyección le juegue una mala pasada, Ledford le pidió a la Corte que se una pelotón de fusilamiento el encargado de cumplir con su ejecución, ya que cree que es mucho más humano que la droga que le suministran a los condenados a muerte en Georgia.
"Hay un riesgo sustentable al que Ledford teme y es que pudiera quedar en agonía luego de que el sedante ataque su sistema respiratorio, destruya su cerebro, corazón y pulmones y que se ahogue en su propia saliva", escribieron los abogados del asesino a la Corte. Es por eso que, teniendo en cuenta que Georgia permite a los sentenciados a muerte elegir el método que considere mejor, solicitaron que fuera un escuadrón de fusilamiento el que termine con su vida. De todas formas, esa antigua manera de morir no está entre las opciones que brinda el estado.
Otro pedido que llamó la atención fue la elección de alimentos para su última comida, que en total suman 5.000 calorías: bife con panceta, pimienta y queso. Papas fritas de gran tamaño, chuletas de cerdo, diez piezas de pechuga de pollo empanado con salsa, empanada de cebolla, pastel con helado de vainilla, helado con crema y dos litros de gaseosa.
En un último intento por conmover a la corte, Ledford explicó que su niñez fue muy dura y que sufrió abusos, que tuvo una exposición temprana a las drogas y al alcohol y que tiene un bajo coeficiente mental.