Tiene problemas de puntualidad y le diagnostican ''llegatardismo''
Especialistas médicos acreditaron su situación como "el mal de la impuntualidad", ya que su cerebro es incapaz de estimar correctamente cuántos minutos pasan desde que comienza una actividad, por lo que pierde completamente la noción del tiempo.
Cuántos desearían poder certificar este mal y evitar las llegadas tarde al trabajo... Sin embargo, el escocés Jim Dubar sufre este problema en todos los ámbitos de la vida y no solo en su desempeño laboral.
Literalmente, no es capaz de llegar a horario a ninguna parte: perdió innumerables trabajos, estropeó relaciones amorosas y le creó infinidad de discusiones con sus amistades.
En el caso de Jim la impuntualidad es una patología crónica. Según los resultados de las pruebas a las que fue sometidas, el cerebro de este escocés no es capaz de estimar cuánto tiempo trascurre desde que empieza a realizar una actividad, por lo que no puede calcularlo de forma precisa y, por lo tanto, no puede llegar a la hora acordada, a no ser que se produzca una casualidad.
"Una vez quedé con un amigo en que lo recogería a medio día para irnos de viaje y llegué cuatro horas tarde. Mi amigo estaba furioso porque perdimos el ferry que teníamos reservado", confiesa al diario Evening Telegraph.
"En otra ocasión, otro amigo me invitó a comer y llegué más de tres horas tarde. Me he estado culpando toda mi vida por mi terrible impuntualidad ¿por qué no puedo llegar a tiempo a las citas? Ahora sé que es un trastorno y esto me ha aliviado mucho", explicó.
El año pasado, un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad Estatal de San Diego en California (EE.UU.) determinó que los optimistas suelen relajarse con los horarios y son los más impuntuales.