Sorpresa y polémica en Bruselas por un mural de un pene gigante
No es novedad que el arte mural es una de las atracciones clásicas de Bruselas. Los recorridos que se ofrecen a los turistas incluyen desde escenas de cómics míticos como Tintín, Lucky Luke, los Pitufos o Astérix hasta logradas obras de auténtico arte contemporáneo. Pero este mural sorprendió.
La lista de frescos de la ciudad cuenta desde hace unos días con dos nuevas obras que no pasan desapercibidas y de las que todo Bruselas habla, pero que difícilmente entrarán a formar parte de los circuitos turísticos oficiales.
El primero apareció hace unos diez días en la Rue des Poissoniers, entre los cafés más populares del centro. Algunos vecinos tardaron días en descubrirlo pero desde que los medios revelaron su existencia se ha convertido en un imán para locales y turistas, sorprendidos, divertidos y escandalizados a partes iguales.
Unos días después, como si de un juego o un reto entre artistas se tratara, fueron los vecinos del barrio de Saint Gilles los que se despertaron con una sorpresa: un gigantesco pene en estado de reposo pintado sobre una pared a pocos metros de su plaza central. “Es nuestro Manneken Pis. En el centro tienen el suyo y ahora nosotros, el nuestro, más grande”, afirmó María, la propietaria del café Las Vegas, situado bajo el enorme miembro.
El autor de la pintura del pene aprovechó un muro de un edificio de viviendas frente a un colegio religioso, Institut des Filles de Marie, y la reacción del barrio ha sido menos tolerante. “Sí, es arte callejero, pero hay un límite. Si fuera en el centro lo entendería, pero no aquí. Hay niños pequeños que pasan por aquí todos los días”, explica un educador del colegio, que se ha parado a comentar la polémica con otra vecina de unos setenta años que, cámara en mano, ha venido a ver con sus propios ojos la obra, después de descubrir su existencia en televisión. “¿Cómo se subiría hasta allí?, se pregunta intrigada y divertida, dando la razón al educador. Antes de partir, la vecina, con aire tenso, pregunta: “¿No me habrá hecho fotos mirándolo, verdad?”.