La australiana Bronwyn Joy Parker fue procesada por quemarle varias veces el miembro a su novio, que resultó con quemaduras de tercer grado en sus genitales. El hombre había aceptado el castigo, ya que la había engañado a Parker con su expareja.

La mujer reconoció su culpabilidad y tuvo que ingresar en un programa de buen comportamiento para compensar una pena de prisión de nueve meses.

Los médicos aseguraron que las heridas dejarán cicatrices de por vida.

Parker declaró ante la policía que no pensaba que fuera tan peligroso ya que al mirarlo tenía un color más oscuro, como un "trozo de carne cocinada".