El Principado de Sealand se fundó en 1975 por el ciudadano británico Paddy Roy Bates, y está ubicado a 11 kilómetros de la costa de Inglaterra, en una plataforma hecha de hormigón y metal de 550 metros cuadrados.


Sealand proclamó como territorio soberano propio la plataforma marina británica Roughs Tower, construida por la Marina Real en 1942 en el mar del Norte. Michael Bates es el príncipe de este país, que cuenta con 30 ciudadanos, ya que su forma de gobierno es una monarquía constitucional hereditaria.

A pesar de su tamaño y que el Estado no tiene el reconocimiento internacional, Sealand se convirtió en una gran atracción para los aventureros y periodistas. Además, el país tiene moneda propia -el 'sealand dollar'-, un equipo de fútbol -Sealand All Stars- y bandera, la cual ha sido elevada a la cumbre del monte Everest, según cuenta BBC Mundo.

El Roughs Tower fue uno de cuatro fuertes navales diseñados por Guy Maunsell para la Marina de Guerra Británica con objeto de defenderse de los alemanes en la Segunda Guerra Mundial. En 1966 el infante de marina y operador de radio pirata fue enjuiciado por transmisiones radiofónicas ilegales realizadas desde el Knock John, otro de los fuertes de Maunsell en aguas territoriales británicas. Fue entonces cuando huyó y ocupó Roughs Tower, proclamando un año después la independencia, para sí mismo el título de príncipe y para su mujer el de princesa Joan.

Desde entonces sus habitantes consiguen parte de sus alimentos a través de la pesca e importan otros bienes. No obstante, una de las fuentes principales de ingresos es la venta de títulos nobiliarios a través de Internet: un título de caballero cuesta 145 dólares.

Sealand tiene también su propio sitio web, teléfono e Internet, una tienda de souvenirs, sellos y pasaportes. El país cuenta supuestamente con un PIB de 600.000 dólares aunque no se encuentra en los listados oficiales, por lo que no se puede afirmar que la cifra haya sido autentificada.

El príncipe Michael Bates se trasladó al Reino Unido con su familia para que sus hijos fueran educados en escuelas de este país. Sin embargo, el linaje Bates seguirá gobernando la nación. "Con mi nuevo nieto, el príncipe Freddy, tenemos una cuarta generación de sealandeses y su futuro está asegurado", afirmó Bates.