"Lo bañé en petróleo, lo quemé y me comí su pierna"
Con la venganza como único fin, un joven de la República Centroafricana mató a un musulmán con un cuchillo, lo quemó y luego masticó su carne frente a la comunidad que lo vitoreaba. Culpaba a los musulmanes de asesinar a su familia.
En una nación sumergida en la violencia, con enfrentamientos entre la mayoría de cristianos que habitan la República Centroafricana y los musulmanes que allí habitan, la historia de Oundja Magloire llamó la atención de los medios.
En venganza por la muerte de su mujer e hija a manos de supuestos atacantes musulmanes, este joven decidió asesinar a plena luz del día en las calles de la capital -Bangui- quemar su cuerpo y comer la carne humana.
Un grupo de cristianos lo vitoreaba luego de la espantosa escena, evidenciando que este país se volvió un lugar muy peligroso para los musulmanes.
El del "perro loco" -como fue apodado el caníbal- es un caso único, aunque la violencia del país africano ya se cobró más de mil días.
De mayoría cristiana, la República Centroafricana fue gobernada por un presidente musulmán hasta la semana pasada: Michel Djotodia había llegado al poder en marzo de 2013, con la ayuda de las milicias, pero aseguró que desmantelaría esos grupos. La renuncia evidenció su fracaso.