Una brigada denominada Los Mossos fueron los primeros en utilizar un nuevo sistema represivo: los cañones sonares, como herramienta para responder a disturbios callejeros.

Los cañones de sonido, ya utilizados por las unidades antidisturbios de varios países europeos y policías de Estados Unidos, emiten un sonido agudo de gran potencia capaz de llegar a 3.000 metros de distancia, y provocando a quien lo escucha cierto aturdimiento.

Esos mismos cañones fueron los utilizados en el barrio barcelonense de Raval, donde las fuerzas policiales reprimieron una manifestación en apoyo a Gamonal: un barrio burgalés que se levantó en los últimos días contra el gobierno de Rajoy.

Según fuentes locales, cuando los policías activaron los cañones sonoros obligaron a todos los manifestantes a salir corriendo con las manos en sus oídos y sorprendidos por la sirena antes desconocida.

Previamente se habían registrado graves incidentes en pleno centro de Barcelona, donde medio centenar de manifestantes atrincheraron a un grupo de agentes de la Guardia Urbana en la comisaría local.

Tras el asedio a la comisaría de la Guardia Urbana se produjo una carga policial de los Mossos que acudieron en auxilio de los agentes locales, desbordados por el lanzamiento de objetos.