Occidente condenó el crimen del líder opositor ruso
Vladimir Putin, se comprometió a castigar a los asesinos de Boris Nemstov e insinuó que se trató de un crimen para salpicar al Kremlin. Occidente pidió una investigación completa de su muerte.
El presidente ruso, Vladimir Putin, se comprometió a castigar a los asesinos del líder opositor Boris Nemstov e insinuó que se trató de un crimen para salpicar al Kremlin, mientras que la oposición denunció un "asesinato político" y Occidente pidió una investigación completa de su muerte.
Nemstov, un ex burócrata soviético de 55 años que fue favorito de Boris Yeltsin para sucederlo en 1999 y ahora era un opositor pro occidental al gobierno nacionalista de Putin, fue asesinado a última hora de ayer en Moscú de varias balazos cuando caminaba cerca del Kremlin.
El alevoso asesinato es el último de una serie de crímenes de figuras de la oposición cometidos en Rusia en los 15 años de gobierno de Putin, y coincide con un momento de extrema tirantez entre Rusia y Occidente por el conflicto en Ucrania.
En un mensaje a la madre de Nemstov, el presidente, quien ha acusado de esos crímenes de enemigos de Rusia, dijo que "se hará todo lo posible para que los organizadores y autores de este asesinato vil y cínico reciban el castigo que se merecen".
Además, en una clara insinuación de que los criminales quisieron hacer ver al Kremlin como responsable, el vocero de Putin dijo que el mandatario cree que "este cruel asesinato tiene todos los signos de haber sido ejecutado por encargo, y tiene un carácter extremadamente provocativo".
En la misma línea, Mijail Gorbachov, padre de la "perestroika" que recientemente fue endureciendo sus críticas a Occidente (al que acusa de no haber cumplido las promesas hechas verbalmente de que la OTAN no se expandiría hacia el Este después de la unificación alemana), aseguró que la motivación del magnicidio es política y busca desestabilizar a Rusia.
"Es un Maidán", dijo, haciendo referencia al cruento inicio del golpe de estado que un año atrás derrocó al presidente pro ruso Viktor Yanukovich en Ucrania, tras semanas de protestas populares con epicentro en la plaza (maidán, en ucraniano) de la Independencia, de Kiev.
"Pero no fue Ucrania (la responsable). No. Las raíces están en Rusia", declaró según difundió la agencia de noticias Sputnik.
Aliados de Nemstov, quien lideraba un pequeño partido neoliberal y pro occidental extremo, vincularon su muerte a su actividad política, concretamente a su abierta oposición a Putin y en especial al rol de Moscú en la crisis en Ucrania.
Horas antes de morir, el político había salido en los medios llamando a la población a participar de una marcha convocada para mañana en Moscú para protestar por la posición de Rusia en el conflicto entre Ucrania y separatistas rebeldes rusoparlantes del este del país vecino.
Hoy, miles de personas, muchas de ellas llorando, desfilaron por el puente sobre el cual fue asesinado, depositando flores y fotos de Nemstov adonde cayó muerto.
Autoridades dijeron que desconocidos dispararon al menos ocho tiros desde un auto en movimiento cuando Nemstov, que recibió cuatro balazos en la espalda, caminaba junto a una mujer que resultó ilesa.
Medios rusos la identificaron como la modelo ucraniana Anna Duritskaya, de 23 años, quien declaró ante las autoridades como testigo.
Figuras de la oposición ligaron el asesinato a una "campaña de odio" del Kremlin relacionada con la guerra en Ucrania.
"La responsabilidad política por esta muerte descansa en las autoridades, y personalmente en el presidente Putin, aquellos que iniciaron y están peleando una guerra y están llevando adelante una propaganda del odio para apoyarla", dijo el ex líder del partido liberal Yabloko, Grigory Yavlinsky.
El líder opositor Alexei Navalny cuestionó cómo Nemstov pudo haber sido asesinado, diciendo que debería haber tenido una custodia especial y debía estar vigilado antes de la marcha de mañana.
Nemtsov, que antes del fin de la URSS había sido alcalde de la importante ciudad de Nijni Novgorod (entonces Gorki), fue viceprimer ministro de la Federación Rusa durante la presidencia de Boris Yeltsin.
Yeltsin, además, lo había nombrado al frente del estratégico ministerio de Energía en el momento en que las empresas y reservas energéticas de su país pasaron a manos privadas.
En 1999 había llegado a sonar como posible precandidato presidencial favorito de Yeltsin, pero la recesión posterior al remate neoliberal de los activos de la economía rusa desplomó su popularidad y desde entonces tuvo un lugar marginal en la política de ese país.
Decidido defensor de todas las políticas occidentales y en especial del actual gobierno ucraniano, Nemtsov presidía dos partidos sin representación parlamentaria y había publicado informes acusando de corrupción al gobierno de Putin.
Tanto el abogado de Nemtsov, Vadim Projorov, como la representante del Grupo Helsinki en Moscú, Ludmila Alekseieva, también aseguraron que el crimen tuvo motivación política. Coincidieron en ello con el director de la comisión de asesoramiento presidencial sobre derechos humanos, Michael Fedotov.
El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, afirmó hoy que Nemtsov le dijo que tenía pruebas convincentes de que Rusia arma y financia a los separatistas del este ucraniano -una acusación de Kiev que Moscú rechaza- y que quienes lo asesinaron temían que las hiciera públicas.
El presidente ucraniano, que no llegó a acusar expresamente a Moscú del asesinato pero que pareció insinuarlo, destacó que Nemtsov era "un gran amigo de Ucrania y un gran patriota de Rusia", una persona que "hacía de puente" entre los dos Estados.
Entre las reacciones internacionales ante el asesinato se destacan las del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y la Unión Europea.
Obama se definió como un admirador del "coraje y dedicación a la lucha contra la corrupción en Rusia" de Nemtsov, quien, agregó, "era un incansable defensor de su país, que luchaba para que sus compatriotas gozaran en Rusia de los derechos que todas las personas merecen tener".
Obama requirió una investigación "rápida, imparcial y transparente" del asesinato.
El secretario general del Consejo de Europa, el noruego Thorbjørn Jagland, se mostró hoy "conmocionado" por el asesinato del opositor ruso Borís Nemtsov, que calificó de "señal del clima de odio e intolerancia" que prevalece hoy en muchas partes de Europa, incluida Rusia.