Nueva Constitución de Chile: cómo sigue el proceso para aprobarla y cuáles son los cambios
El presidente Boric firmó el decreto para someterla a plebiscito en septiembre. El pueblo decidirá si deja sin efecto la Carta Magna impuesta por la dictadura Pinochet.
La Convención Constitucional chilena entregó este lunes, en su ceremonia de clausura, la propuesta de nueva Constitución al presidente Gabriel Boric, quien firmó el decreto para someterla a plebiscito en septiembre y que la ciudadanía decida si deja sin efecto la Carta Magna impuesta por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
"Será nuevamente el pueblo quien tendrá la última palabra sobre su destino", remarcó el mandatario al recibir un ejemplar del texto que declara a Chile un Estado social de derecho y consta de 178 páginas, 388 artículos y 54 normas transitorias.
Crear un sistema universal de salud, fortalecer la educación pública, proteger el medio ambiente y engrosar los derechos de los pueblos indígenas son algunos de los temas principales de la propuesta.
Casi tres años después del estallido social de 2019, Chile realizará este 4 de septiembre la última de las tres votaciones de su proceso de cambio constitucional.
Tras aprobar redactar una nueva Constitución (en 2020) y elegir la Convención que la escribió (en 2021), el país decidirá finalmente si aprobar o rechazar la Carta Magna propuesta.
La Convención comenzó su trabajo el 4 de julio de 2021, bajo el gobierno de Sebastián Piñera y presidida por la académica mapuche Elisa Loncón. La última sesión se realiza exactamente un año después, presidida por la epidemióloga María Elisa Quinteros.
El presidente Gabriel Boric recibió un ejemplar del texto, que consta de 178 páginas, 388 artículos y 54 normas transitorias.
Si gana la opción "apruebo", la flamante Carta Magna empezará a regir "in actum", y a medida que se creen los nuevos órganos que contempla, como una Agencia Nacional de Aguas o la Cámara de las Regiones, que reemplazará al Senado.
Si gana el "rechazo", la Constitución de 1980 seguirá vigente, en contraste con la abrumadora mayoría (casi 80%) que votó por su reemplazo.