Este proceso comenzó en 2011 cuando el régimen autorizó las compras y ventas de vehículos, aunque solo de uso (remises, taxis, transportes) entre los cubanos, sin mediar agencias ni estatales ni privadas.

Sin embargo, se mantuvieron los permisos especiales y cartas extendidas por las autoridades para adquirir vehículos a ciudadanos seleccionados, entre los que se encuentran artistas destacados, profesionales y funcionarios.

En el mismo Granma (diario oficial) informó que "en no pocos casos, condujeron a que este mecanismo, además de burocrático, se convirtiera en una fuente de especulación y enriquecimiento".

Y completaron con que "la baja disponibilidad de autos, la restricción de esta facilidad a un reducido grupo de categorías ocupacionales seleccionadas y la existencia de otro mercado que vende a precios varias veces mayores que los de la empresa comercializadora establecida, generaron inconformidad, insatisfacción".

Las cartas de probación generaron un mercado de ventas ilegales desde Internet y según estadísticas el 30 por ciento de los vehículos vendidos de esa manera en el 2012 por comercializadoras estatales "cambiaron de propietario poco tiempo después de haberse inscripto" en el registro nacional de vehículos.

Si bien el cambio será gradual el final del camino será la liberación completa del mercado automotor. Actualmente Cuba tiene uno de los parques mas anticuados del mundo. La mayoría de los vehículos que circulan en la calle datan de la década del `30. Esta situación generó además que los precios de los vehículos estén sumamente inflados.