La administración de Donald Trump quiere avalar que "ser gay" sea causal de despido
La relación entre el presidente republicano y la comunidad LGTBI se mantiene en tensión desde hace varios años pero ahora la nueva medida impulsada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos parece ir demasiado lejos en el país que se jacta ser "la tierra de la libertad".
El Departamento de Justicia de la administración de Donald Trump propuso el pasado martes 26 de septiembre ante un tribunal federal que los “empresarios deben poder despedir a los empleados por ser gays o lesbianas”.
Y para tamaña declaración indicaron que cuando en 1964 se creó la ley de los Derechos Civiles (Título VII) se protegía a los trabajadores de la discriminación por sexo, religión, nacionalidad y raza; pero no se contemplaba la orientación sexual.
Desde la actual administración republicana pretenden que se diferencie entre "sexo y orientación sexual" ya que de acuerdo a lo que argumentó el fiscal del Departamento de Justicia, Hashim Moopan, quieren defender que “los empleadores estén autorizados a tomar en consideración la conducta sexual de sus empleados aún fuera del lugar de trabajo”.
Trump ya tomó varias medidas contra la comunidad LGTBI como cuando anuló la ley del expresidente Barack Obama que prohibía la discriminación sexual en las escuelas, o cuando se enfrentó con la comunidad trans en el Ejército; entre otras medidas.
El caso que desató la polémica
El juicio llevado a cabo por el instructor de paracaidismo Donald Zarda, que en 2010 denunció a la empresa Altitude Express de despedirlo por ser gay, es el que tomó en cuenta el Departamento de Justicia para su polémica y reciente declaración.
En ese entonces Altitude Express declaró que la ley no incluía la protección a personas del colectivo LGTB y si bien Zarda falleció en 2014 en accidente en Suiza, pero su caso por los derechos de diversidad e igualdad sigue vigente.
A principios de septiembre de este año, el Departamento de Justicia presentó un escrito en el también mostró su apoyo a un pastelero de Colorado que se negó a hacer una torta de bodas para una pareja del mismo sexo en 2012, citando "la libertad de religión".