Grecia le dice no al plan del FMI y el Banco Central Europeo
Mientras el pueblo griego sufre una crisis humanitaria, el nuevo gobierno de izquierda de Grecia busca una reestructuración de la brutal deuda pública. Pero la 'troika' quiere seguir con su receta de "rescates", que causaron la crisis.
Como alguna le pasara a la Argentina respecto del FMI, durante muchos años Grecia sufrió los "rescates" de la Unión Europea a cambio de una intervención directa en su economía de la 'troika' integrada por la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Ante la eventual ampliación de ese "rescate" para fin de este mes, prevista por los ministros de Economía de la zona euro, el nuevo gobierno de izquierda rechazó esa posibilidad al señalar que "no es razonable y no puede ser aceptada", según una fuente de Syriza citada este martes por agencias internacionales.
"La insistencia de algunas personas en que el gobierno griego amplíe el plan de rescate no es razonable y no puede ser aceptada", aseveró esa fuente gubernamental, advirtiendo que "los que regresan a este tema están perdiendo el tiempo".
De hecho, el primer ministro Alexis Tsipras ya lo había anticipado durante la presentación de su programa de gobierno en el Parlamento, cuando rechazó la eventualidad de una ampliación del "rescate" porque "no se puede pedir la extensión de errores".
"El plan de rescate fracasó" y el nuevo gobierno de Syriza "no está autorizado a pedir la extensión (...) porque no puede pedir la extensión de errores", destacaba Tsipras en ese discurso brindado a principios de este mes.
El primer ministro aboga ahora por un acuerdo transicional con los prestamistas de la 'troika', que tiene su ariete en la Alemania de Angela Merkel, dado que el país "está dispuesto a pagar sus deudas, pero los prestamistas tienen que negociar los medios técnicos para que eso suceda".
El objetivo del nuevo gobierno es llegar a un nuevo acuerdo con sus acreedores hacia finales de este mes, incluyendo "un crédito puente" –como pidió Tsipras– y no una ampliación, como punto de partida de una reestructuración total de la deuda griega.
Para los cerriles acreedores europeos, sin embargo, la actitud de Grecia es "bastante irresponsable". Así lo sostuvo el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, quien se mostró “muy escéptico” respecto a un próximo acuerdo.
"Lo siento por los griegos: eligieron un gobierno que, de momento, se comporta de manera bastante irresponsable”, dijo Schäuble sobre las aspiraciones del gobierno del país helénico, que pretende surgir de las cenizas que dejó el ajuste impulsado por la propia 'troika'.
Cabe recordar que la deuda pública de Grecia, tras los "rescates" y planes de austeridad impuestos especialmente por Alemania durante décadas, alcanzan los 316.000 millones de euros, lo que representa más del 180 por ciento de su PBI.
No obstante, el gobierno de Tsipras ya anunció medidas de emergencia para hacer frente a lo que ya es calificada como una crisis humanitaria que atraviesa a la mayor parte de la población griega, en similares condiciones sociales que las sufridas por la Argentina tras los 90.
Las primeras medidas incluyen ayuda alimenticia, electricidad gratuita y pleno acceso a la salud y educación para los sectores más castigados, además de aumentar el salario mínimo a 751 euros, reabrir la televisión pública, prohibir los desahucios y eliminar el vehículo oficial de los diputados, entre otras iniciativas.