La situación es por demás complicada, tanto para el pueblo griego como para el Primere Ministro, Alexis Tsipras, quien asegura haber aceptado un ajuste con el que no está de acuerdo.

"Era aceptar el acuerdo o salir del euro según un plan preconcebido”, señaló en entrevista con la televisión pública helena.  El primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, aseguró este martes que ni los salarios ni las pensiones serán reducidos en el acuerdo suscrito con los acreedores internacionales a cambio de un tercer “rescate” financiero.

El Parlamento tiene hasta este miércoles para aceptar el ajuste que impone el Eurogrupo a cambio de los 38 mil millones de Euros por tres años.

Si Tsipras fracasa en su intento de lograr la aprobación, los bancos griegos se enfrentan al colapso y seguramente el país se verá forzado a quedar fuera de la eurozona. Aunque, por otro lado, hay un rechazo generalizado del pueblo al ajuste que implica mantenerse en el Euro.

Tsipras había llegado al poder en enero con la promesa de poner fin a cinco años de ajuste en Grecia. Es por ello que, el acuerdo preliminar que selló en Bruselas le generó un grave problema con sus aliados de la coalición de izquierda Syriza, algunos de los cuales ya adelantaron que no votarán a favor de las medidas de "austeridad".

El lunes siguiente a que se realizara el referendo griego, en el que el "No" a las imposiciones que Europa pretendía imponer a Grecia ganó con amplitud, el entonces ministro de Finanzas renunciaba a su cargo.

Sindicado como un "duro" por los negociadores europeas, Yanis Varufakis dejaba paso al "marxista tranquilo" Euclides Tsakalotos, hasta ese momento viceministro de Relaciones Internacionales Económicas de Grecia.

Horas después del recambio, el país helénico alcanzaba un acuerdo con los acreedores internacionales, con cláusulas que lo obligan a realizar privatizaciones, ajustes en jubilaciones y salarios y aumentos de impuestos.

Ahora, Varufakis vuelve a la carga pero en oposición al gobierno que encabeza el primer ministro Alexis Tsipras, tildando el acuerdo como un "tratado de capitulación" que termina convirtiendo a Grecia en "vasallo" de la eurozona.

En su blog, el exministro de Finanzas advierte que el acuerdo se puede leer "como un documento sobre los términos de la capitulación de Grecia" en el que el país "acepta convertirse en un vasallo del Eurogrupo".

En duros términos, Varufakis adelanta su posición –que por extensión anticipan las dificultades que tendrá Tsipras para hacer aprobar el acuerdo en el Parlamento– al afirmar que "los líderes de Europa, con la forma en que trataron a Alexis Tsipras y a nuestro Gobierno, asestaron un golpe decisivo contra el proyecto europeo".

Para quien retomó su banca como diputado, al pacto entre Grecia y la eurozona no tiene "nada que ver con una agenda de reforma capaz de sacar a Grecia del lodo", sino que "es pura y simplemente una manifestación de una política humillante" que implica la "anulación completa de la soberanía nacional".